15 de diciembre de 2008

Del reconocimiento estático de la disciplina artística a la preservación, protección y mantenimiento de la danza como patrimonio cultural de Veracruz

A pocos días de terminar con el año (antes de que él termine con nosotros), nos da gran gusto recibir en el blog a Alonso Alarcón, quien escribe sobre la necesidad de impulsar políticas de apoyo a la Danza en tanto que patrimonio cultural.

Alonso es bailarín, coreógrafo y gestor cultural originario de Veracruz. Catedrático de la Escuela de Danza de la Universidad Mayor en Chile (donde dirige la Muestra de Danza Contemporánea de México), ha desarrollado en Veracruz cuatro ediciones del Festival Internacional Danzaextrema y proyectos al interior del Estado como la Ruta Huasteca. Alonso ha recibido diversos premios como el Premio de Danza UNAM (1999), Premio Guillermina Bravo (2002), México en Escena (2005), y con su compañía de danza contemporánea Ángulo Alterno ha viajado a diversos encuentros en México y el extranjero. Es miembro del Consejo Internacional de Danza de la UNESCO desde 2005.

Gracias, Alonso, por presentar reflexiones desde el ángulo de la danza... materia en ocasiones poco trabajada por los analistas de la cultura.
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Del reconocimiento estático de la disciplina artística a la preservación, protección y mantenimiento de la danza como patrimonio cultural de Veracruz
Alonso Alarcón

En Veracruz, en el discurso político actualmente ya se habla sobre la importancia del patrimonio cultural intangible, abordando posiciones que reconocen los postulados de la UNESCO, donde se expone la importancia de este patrimonio para las sociedades contemporáneas. No obstante, son inexistentes las políticas que propicien acciones concretas, por lo que las cosas continúan haciéndose sobre la base de las buenas intenciones...

El 20 de octubre de 2005, la Conferencia General de la UNESCO adoptó la Convención sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, que completa el dispositivo normativo de las convenciones en favor de la diversidad cultural. En ella se considera lo siguiente: “El lugar que ocupan los creadores en la sociedad es igualmente fundamental, y la Organización apoya firmemente el reconocimiento de su estatuto jurídico y social, así como el fortalecimiento de sus redes en todo el mundo.” México ratifica el 14 de diciembre del 2005 la adopción de la Convención para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial –patrimonio vivo- definida por la UNESCO el 17 de octubre de 2003 en Paris, Francia.

En Veracruz -por goteo y para que la disciplina no muera del todo- se confieren una serie de becas de montos económicos muy precarios, como parte de la política cultural nacional vinculada con el CONACULTA y su programa de repartos módicos de recursos a los estados de la República. Son importantes los sistemas de becas existentes en la actualidad, pero no son suficientes para el desarrollo de la disciplina ni para lograr la inserción real del artista en la sociedad; en todo caso fortalece el mito de la “Atenas Veracruzana”.

Los gobiernos cambian tan rápido que se vuelve necesario apoyar la inmediatez, lo cual genera un ciclo sin avance donde los procesos artísticos apoyados por el gobierno nacen y mueren, mientras la sociedad veracruzana se queda únicamente con la crónica del hecho, y se ausenta la experiencia de los procesos a mediano y largo plazo, por lo que los impulsos siempre quedan en impulsos, nunca devienen en movimiento.

En la Universidad Veracruzana tenemos la primera licenciatura en danza contemporánea de Latinoamérica, poco se sabe sobre la realidad tan precaria a la que se enfrentan los egresados de la Unidad de Arte de la máxima casa de estudios en Veracruz, nada se habla sobre la inserción de los egresados al campo profesional. Entonces surgen dos preguntas: ¿Cuál es la oferta laboral real para los profesionales de las artes en Veracruz?, y ¿Qué herramientas se les da como parte de su formación universitaria a los estudiantes de artes para enfrentar esta realidad?

El turismo cultural, la apertura comercial, la globalización, el TLC y la liberalización de los mercados plantean retos, desafíos y áreas de oportunidad para reformular la generación de recursos económicos destinados al capital cultural de Veracruz: sus artistas.

Es conocida en México y en el mundo la calidad de los artistas veracruzanos, la riqueza ancestral, tradicional, étnica, folklórica y contemporánea expresada en su constante creatividad. Ejemplo cercano a esta apreciación es la próxima edición de los Carnavales Culturales de Valparaíso en Chile, dedicados a México y con Veracruz como invitado de honor. Por lo que resulta fundamental en las nuevas políticas culturales, pasar del reconocimiento estático de la disciplina artística a la restauración, preservación, rehabilitación, reconstrucción, protección y mantenimiento de la danza como patrimonio cultural vivo de Veracruz.

Es por ello que considero fundamental reglamentar leyes de mecenazgo que permitan sistematizar una vinculación de todas las empresas e iniciativa privada que se benefician de la diversidad de recursos naturales a lo largo y ancho del Estado de Veracruz, con el desarrollo de las manifestaciones artísticas.

Brasil es uno de los países más avanzados en ese renglón, donde las grandes empresas adoptan a compañías artísticas profesionales, subvencionando todas sus necesidades: un espacio físico para ensayos, su propia sala de teatro, sueldos para los integrantes de la compañía, presupuesto propio para producciones nuevas, giras nacionales e internacionales e incluso hasta un comedor donde se preparan alimentos especialmente para los bailarines. Tal es el caso de la compañía Quasar Danza en Goiania, Brasil patrocinada por la empresa PETROBRAS.

Con esta política no recae en el Estado toda la responsabilidad económica, pero es por ley que las grandes empresas destinan recursos económicos y no solo se llenan los bolsillos particulares, sino que retribuyen a la sociedad. Esta política favorece que las compañías de danza de Brasil sean reconocidas mundialmente por su calidad artística, y que el desarrollo de la danza en aquel país sea de gran impacto social no solo en la capital, sino a lo largo y ancho del país.

En Veracruz es evidente que las artes continúan siendo utilizadas como un escaparate que adorna y entretiene, a un precio verdaderamente risible en comparación a la calidad y cantidad de la oferta artística. Situación preocupante y limitante para un sector de la cultura que demanda mejoras concretas en ese sentido.

Nos encontramos con una necesidad urgente de plantear leyes que fortalezcan de manera contundente la creación de redes artísticas profesionales dentro del Estado de Veracruz. Además de descentralizar el campo creativo de la capital y construir nuevos espacios para el pensamiento crítico y reflexivo, es necesario tomar en consideración que la creación es producto del mundo interior del ser humano, donde cohabitan los elementos sociales y personales. Y que todos los Veracruzanos tenemos ese derecho.

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