30 de agosto de 2009

Intermedio




Transgresión, tríptico, acrílico sobre cartoncillo. Obra del artista plástico Aníbal Contreras Jiménez (Coatzacoalcos, Veracruz, 1983).

PRÓXIMO POST: Lunes 7 de septiembre.

24 de agosto de 2009

La tradición en el tercer milenio

Gilberto Gutiérrez
(Segunda de dos partes)

En este momento el resurgimiento de la tradición del fandango jarocho es tomado como ejemplo para otras tradiciones. Es cierto, este movimiento cultural, visto desde afuera es sorprendente e inspirador.

Pero hay que separar el resurgimiento hacia dentro de la tradición y el boom que se ha desatado hacia fuera de la misma.

Como lo ha demostrado el Mariachi y los Jarochos en el pasado, el éxito del género hacia fuera de su contexto no es síntoma de que la tradición goce de buena salud; es más, en muchos casos, un mal manejo del éxito exterior es perjudicial para la tradición en sí.

Del boom del son jarocho me ocuparé poco, solo diré que en este momento es caótico y de trayectoria impredecible. El fandango ha tomado espacios que le corresponderían a otras tradiciones y más aún ha emigrado, sin visa, a los territorios del TLC y no dudo que reconquiste España y regrese a África.

Pero hacia adentro, sin que sea alarmante todavía, hay nuevos riesgos.

Aparecen nuevos actores, que se montan en el tren encarrilado y cuyo único objetivo es lucrar. Grupos “fusionadores” de éxito, hasta ahora efímero, que resultan malos ejemplos para niños y jóvenes; grupos que ya no quieren ser parte de la tradición sino del escenario y no tienen paciencia para aprender el vasto conocimiento del son y su contexto cultural.

Presenciamos también el surgimiento de muchos maestros que en realidad son desparramadores de la mala educación.

Una nueva clase de micro empresario de la cultura tradicional, donde lo importante es el lucro. La aparición de métodos fáciles, de cómo tocar el son, que no sirven pero se venden. Hay que reconocer que estos microempresarios funcionan como difusores. Pero el problema se sitúa en el plano de lo ético.

Si bien cada quien es libre de hacer lo que quiera, la incongruencia de algunos protagonistas es bastante nociva cuando manejan el discurso de la tradición y en la practica se contradicen, pero encuentran eco -con la influencia de los medios- entre gente poco conocedora.

Se trabajó muchos años para formar un público. Ahora hay programas de radio que se dedican a deformar y a alabar trabajos faltos de calidad artística.

El Encuentro de Jaraneros en Tlacotalpan, uno de los pilares de este movimiento, ahora es un espacio que confunde al público sobre qué es lo tradicional, ya que se maneja sin criterio. El cómo se llegó a eso, es de dominio público.

Los grupos hemos sido dueños de nuestro destino, pero actualmente ya hay compañías disqueras que se están interesados en grupos juveniles, a los que están manipulando con una producción dirigida hacia intereses comerciales más que artísticos. Con este panorama, para bien o para mal, no será raro que en los próximos años salga un grupo dirigido desde las televisoras.

Actualmente, hay quienes cultivan el fandango fuera de la zona natural de este, y hay quienes cultivan el género, son jarocho, como base de su desarrollo musical. Así el son forma, incipientemente, parte de los nuevos sonidos de la música popular mexicana.

Lo importante es que las nuevas generaciones practiquen el ritual del fandango, conservando los conocimientos ancestrales que nos han sido legados por los pueblos africanos, europeos y autóctonos y que dieron origen a nuestra tradición. Que la conserven y la enriquezcan como ha ocurrido hasta ahora.

Creo firmemente, al menos en este caso, que la familia ha sido y debe seguir siendo preservadora de la tradiciones. Por eso, los apoyos de cualquier origen deben privilegiar a los grupos familiares que hacen trabajo de cara a las nuevas generaciones. La incorporación de nuevas familias a la tradición, me da la certeza de que así debe ser.

Es importante formar también a los relevos no solo de los músicos si no de los promotores de la tradición. Promotores comunitarios que trabajan con o sin apoyos externos. Las instituciones no son de fiar, a veces apoyan y a veces son un lastre para la tradición. En lo personal recomiendo a las instituciones que apoyen los procesos encaminados y que no quieran dirigirlos ni inventar otros procesos donde ya suceden.

En la formación de promotores, en el caso de la cultura jarocha, no ha sido necesario empujar mucho. Existe una disposición natural para ejercer el oficio de tomar iniciativas y juntar banda para llevarla a cabo.

Es por eso que creo que el fandango jarocho está listo para recorrer el tercer milenio.

16 de agosto de 2009

Intermedio


Laboratorio Escénico A.C. bajo el auspicio del CONACULTA y la Universidad Veracruzana

CONVOCA al

Segundo Foro Nacional de Jóvenes Hablantes de Lenguas Originarias

“El encuentro de nuestras culturas”


A realizarse en la UVI-Totonacapan, municipio de Espinal, Veracruz del 24 al 26 de septiembre de 2009.

Este evento es una iniciativa de la sociedad civil organizada, es un espacio de propuesta y expresión para todas aquellas voces jóvenes –no importando la edad- que hablan desde el corazón; por lo tanto es incluyente, pero ajeno a cualquier partido político. La ruta que hemos decidido es la del arte que favorece diversas maneras para expresar la consciencia y las emociones que se tienen sobre el mundo que habitamos y las relaciones que establecemos. De este modo, el foro tiene como fin último vincular las múltiples experiencias jóvenes generadas y casi nunca escuchadas a lo largo y ancho del país.

Considerando que en abril de 2007 se realizó el Primer Foro Nacional Juvenil Náhuatl –en el cual 3000 jóvenes asistentes acordaron darle continuidad a este foro de expresión- y con la finalidad de contribuir al desarrollo de políticas públicas que incluyan a los jóvenes como eje principal del desarrollo, y de acuerdo a la declaración de la XVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno realizada en octubre de 2008, en la ciudad de San Salvador, El Salvador, cuyo eje temático fue “Juventud y Desarrollo”:

Se organizarán círculos de discusión en los siguientes ejes temáticos: a) Diversidad Juvenil (Derechos culturales, biológicos, sociales y económicos); b) Derecho a la expresión artística; c) Principios de Género; d) Nuevas formas de economía; e) Medio ambiente y sustentabilidad; f) Visiones sobre la sexualidad; g) El arte y su relación con el desarrollo; h) Nuevas tecnologías de la comunicación; i) El papel de la familia en la construcción de una sociedad consciente; j) Lenguas originarias; k) Retos de la Educación Intercultural y, l) Migración y su impacto en los jóvenes.
Cuyos resultados se resumirán en propuestas jóvenes que contribuyan al fortalecimiento y la regeneración de nuestras comunidades.

De la participación

• Podrán asistir todos los jóvenes hablantes de alguna lengua originaria del país, así como los interesados en preservar y fortalecer las culturas originarias y la convivencia intercultural con ánimo propositivo para analizar, discutir y generar propuestas que beneficien a sus comunidades y a otros jóvenes.
• Podrá participar en los círculos de discusión, todo joven interesado en el tema, del país y del mundo.
• Podrán participar también las organizaciones civiles, instancias de gobierno, empresas, organismos, grupos formales y no formales, que trabajen en materia de desarrollo comunitario, cultural y/o artístico, desde una perspectiva juvenil.

Del Registro

La presente convocatoria queda abierta desde su emisión, hasta el 23 de septiembre de 2009, a las 24:00 horas.
Los interesados podrán inscribirse y registrar sus propuestas por correo electrónico a laboratorioescenico@yahoo.com, por correo a domicilio: Calle Betancourt No. 120 Interior 1, Colonia Centro, Xalapa, Veracruz, México, C.P. 91000; en el formato que estará a disposición en la página www.laboratorioescenico.org a partir de la emisión de la presente convocatoria. Se elegirán para su discusión las 15 propuestas más innovadoras de cada eje temático.

Informes a los teléfonos: Xalapa, Veracruz 01(228)8410092// 045(228)1803338// Espinal, Veracruz 01(784)8812357

IMPORTANTE:
a) Este es un foro campamento, trae tu casa de campaña, bolsa de dormir, plato, vaso y cuchara (colaboremos para no generar basura). Habrá comida regional a precios accesibles.
b) Se pedirá un bono de recuperación cuyo monto será voluntario, el cual se empleará en la construcción del Centro de Autoformación Intercultural, en la comunidad de Comalapa II, municipio de Zongolica, Veracruz.
c) Las rutas para llegar a la sede del evento, estarán disponibles en nuestra página de internet a partir del 5 de agosto del 2009.
d) Mayores informes respecto a la sede, en la página de la Universidad Veracruzana Intercultural http://www.uv.mx/uvi/sedes/totonacapan.html
Lo no previsto en esta convocatoria será resuelto por los organizadores.

Consulta nuestra página
www.laboratorioescenico.org
Espinal, Veracruz, a 27 de Julio de 2009.

NOTA: Esta convocatoria es exclusivamente para inscribirse en los círculos de discusión. Durante el Segundo Foro Nacional de Jóvenes Hablantes de Lenguas Originarias se desarrollará un programa de conferencias, paneles, espectáculos artísticos, talleres y exposiciones cuyo programa daremos a conocer oportunamente en la página web.

10 de agosto de 2009

La tradición en el tercer milenio

Esta semana publicamos otra de las ponencias que se presentaron en el evento El Fandango Jarocho, un mundo de vida.

Ahora le corresponde el turno a Gilberto Gutiérrez, fundador y director del grupo Mono Blanco, y quien ya ha colaborado con el Observatorio.
Gilberto nos habla sobre el estado general de la tradición del son jarocho, de las transformaciones que sobre ella se han operado y del relevo generacional que le espera.

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La tradición en el tercer milenio
Gilberto Gutiérrez

(Primera de dos partes)

Hubo un tiempo, hasta mediados del siglo XX, en que la tradición se pasaba de generación en generación. En el mundo rural, las familias vivían agrupadas en caseríos, donde convivían como la gran comunidad que eran y la incipiente migración no repercutía significativamente en las pequeñas poblaciones.

Por esos años, los sesentas, aparecieron por mi rumbo, Tres Zapotes -lugar rodeado de selva en ese entonces- síntomas de que la “modernidad” llegaba. Primero fue el molino de nixtamal, con un taz taz taz que a las cuatro y media de la mañana se oía en todo el caserío; llegó también el radio y el tocadiscos que sirvió para organizar bailes de piezas.

Así más menos fue que empezó a decaer el gusto por el fandango. La nueva sociedad de aquel entonces se entregó, seducida, a las novedosas formas de diversión, principalmente el baile.

Para la generación de Don Arcadio Hidalgo, el fandango, como ellos lo conocieron, se había acabado. Para la generación de Don Esteban Utrera el fandango, como el lo conocía, amenazaba en acabarse con él y aunque el fandango no desapareció, el modo en que él lo conoció, sí.
Así era el panorama en el vasto territorio veracruzano.

Con la modernidad, otras formas de desculturización aparecieron. Los emblemáticos “Ballets Folklóricos” funcionaron como Caballo de Troya al interior de las instituciones culturales, y ya adentro fomentaron su propia repetición, convirtiendo a la sociedad en actores y espectadores de su tradición sintetizada. Los otros músicos se formaron en grupos y encontraron un nicho de trabajo, en las compañías de danza folklórica, en los restaurantes de mariscos y en producciones especiales para el turismo. Creo que ésta fue la primera generación de soneros que se profesionalizó y en este proceso fueron perdiendo nexo con la tradición.

La televisión y la radio representan uno de los mayores desafíos para la tradición. Un jarocho lleva un radio a su casa: éste lo pone en contacto con un mundo que sólo con dinero se alcanza. Entre comerciales de productos varios y destellos de música ese jarocho nunca se vera reflejado en aquel mundo que se le impone seductoramente.

La sociedad jarocha, en pleno proceso de urbanización, disfrutaba de enviar a sus hijos a aprender el zapateado académico, los jóvenes no tenían más interés en tocar son jarocho que para entonces estaba bien identificado como algo de rancheros y de grupos marisqueros, como se les llegó a conocer.

En los sesentas, con Lino Chávez instalado como el máximo representante del son jarocho, apareció el disco “Sones Jarochos” de la serie Testimonio Musical de México del INAH. Aunque el disco es colectivo, destacan en el mismo la participación de Don Arcadio Hidalgo, Noé González y Antonio García de León. El disco fue y sigue siendo un ejemplo del son tradicional, en varios estilos. Particularmente llamó la atención el son El Fandanguito donde Antonio García de León canta las décimas de Arcadio Hidalgo, dándonos un buen ejemplo de que el son podía ser actual. Lástima que ese trabajo hasta ahí llegó. Antonio García de León siguió sus estudios y los Gonzáles, Noé y Benito, ya no regresaron a su tierra: se quedaron en Minatitlán y se adaptaron, como músicos, a vivir tocando en restaurantes y cantinas. Este hecho es interesante: Los González no tenían otra opción porque aún no había mercado para el son tradicional.

Con una serie de acontecimientos que se dieron a hacia el final de los setentas, de los que no hablaré aquí pero que están perfectamente documentados, es que comienza el resurgimiento del son jarocho.

Importante fue la relación de esfuerzos individuales con acciones institucionales que dieron como resultado el resurgimiento de una tradición que agonizaba.

Estas fueron algunas de esas acciones:
Primordialmente la realización de fandangos.
Sobre una lista elaborada a partir de los pueblos que gozaban de reputación pasada como fandangueros, el Grupo Mono Blanco propusimos a Promoción Cultural de la SEP, antecedente del CONACULTA, un proyecto al que llamamos Promoción y Difusión del Son Jarocho a partir del Fandango.

Se lograron acuerdos con los alcaldes y se convino con ellos la realización de los fandangos dentro de las fiestas patronales. Aquí comienzan a diferenciarse unos ayuntamientos de otros, y solamente se trabajó con aquellos que mostraron interés y cumplieron con los compromisos pactados.

Al realizar los fandangos detectamos que se había perdido conocimiento de participación. La mayoría de las personas que tenían interés en participar ya no tenían nociones de los pasos y las reglas de participación. Dicho de otro modo, habían perdido la cultura del fandango.
De ahí nació la idea de realizar talleres de zapateado. Estos se organizaban previo a los fandangos y de esta manera se pasaba del taller a la práctica misma.

Una acción mostraba otra necesidad, y a estos talleres se sumaron los de ejecución de instrumentos y posteriormente los de laudería, por que no había suficientes instrumentos para los interesados en aprender a ejecutarlos.

De esta manera se cerró el circulo; al tiempo que se realizaban los talleres se organizaban fandangos.

Aquí es importante mencionar el fenómeno de réplica. Pronto empezaron a surgir otros grupos interesados en la practica del fandango. De igual manera se dieron a la tarea de realizar talleres y de ir con los músicos veteranos que quedaban por sus rumbos, para aprender de ellos y reintegrarlos a los fandangos.

A la vez que se trabajaba hacia adentro de la tradición, se trabajaba también en otros lugares, sobre todo en la Ciudad de México. Esto se debía en parte a que el grupo Mono Blanco, promotor de estos talleres, naciera en esta ciudad y a que los recursos, en ese entonces, emanaban exclusivamente de las instituciones federales.

La realización de talleres y fandangos en la Ciudad de México fueron muy aceptados y quizá eso explique el fenómeno de los fandangos jarochilangos.

Hay que mencionar que en 1986, con la fundación del Instituto Veracruzano de Cultura, al que me incorporé, se adoptó un programa de trabajo que permitió al proyecto de Promoción y Difusión del Fandango se extendiera por todo el territorio Jarocho. Trabajábamos conjuntamente IVEC, Culturas Populares de Acayucan y Mono Blanco. Se aumentó el apoyo para la realización de fandangos y se montaron varios talleres de laudería.

Para ese entonces algunos municipios pedían fandangos para sus fiestas patronales y nos metimos a trabajar en las comunidades Popolucas y Nahuas de la sierra de Santa Marta. Comunidades dispersas, con la tradición decaída y muchos niños con ganas de aprender. Por eso fue que creamos el proyecto de los Campamentos Infantiles de Son Jarocho.

Originalmente pensado para los niños de la Sierra de Santa Marta, este proyecto pronto se abrió hacia los niños mestizo rurales y urbanos. La práctica nos enseño que esta convivencia multicultural, en la que convivían popolucas nahuas y mestizos, era motivante y daba buenos resultados.

Para finales de los noventa ya se hablaba del resurgimiento de el son jarocho. Las juventudes veracruzanas empezaron a ver en el músico jarocho un factor de identidad, tanto en el medio rural como el urbano.

De esta manera, el fandango jarocho llegó al tercer milenio fortalecido en su contexto cultural, así como fuera de él. Los fandangos se realizan dentro y fuera del territorio jarocho. Los encuentros de jaraneros se han multiplicado y algunos han adoptado sus propias características.

Aunque hay grupos que abandonaron el trabajo comunitario y se dedican al escenario, la mayoría de los grupos se dedican a la realización de talleres y fandangos en su propia comunidad y en otras.

3 de agosto de 2009

Intermedio

Amor tóxico, 13 historias de amor con miedo.
Serie en papel cortado de Alec Dempster (se nos acaba de ir de Xalapa a Toronto). Visiten su sitio:
www.alecdempster.com

PRÓXIMO POST: Lunes 10 de agosto