26 de octubre de 2009

Intermedio

En este intermedio, subimos la información de un evento llamado "Intracultura. Encuentro Nacional de los Mexicanos" que se llevará a cabo del 24 al 29 de noviembre en Toluca, Estado de México, y cuyo soporte es la Asociación de Creadores para el Desarrollo Social, A.C. (organización con sede en Córdoba, Veracruz, y que opera en cuatro estados del país).

Manuel García Estrada, organizador de este encuentro, nos escribe:
"El festival no tiene fines de lucro. Se llama INTRACULTURA porque es una re-exploración de las culturas mexicanas. El Encuentro propone un enlace entre Córdoba, Puebla, el DF y
Toluca, y las ideas, creaciones, sentires y cosmovisiones de
las comunidades de esta zona, con la colaboración de diferentes organizaciones, instituciones y empresas que buscan que haya comercio justo, diversidad y respeto entre las culturas de esta región."

Manuel también nos escribe diciéndonos que no están tutelados por ninguna facción política, y que su interés es abrir un escaparate para los pequeños productores regionales (esta primera edición del encuentro se centra en Veracruz, particularmente en Córdoba y su café) y ofrecer un espacio para el intercambio de ideas entre creadores y público.

También nos dice que todos los eventos son de entrada libre y que (para los que puedan brincar con una imagen de Starbucks en el video) Intracultura no permite la entrada de trasnacionales del café.

http://www.intracultura.com/

PRÓXIMO POST: Lunes 2 de noviembre.

19 de octubre de 2009

Con lentes prestados

En esta ocasión, presentamos una reflexión de Miguel Sánchez Rojas, compositor, pianista y educador, quien escribió especialmente para el Observatorio un texto sobre la complejidad que implica acercarse a formas musicales diferentes: de la música académica al son jarocho.

Le agradecemos a Miguel que nos regale unas líneas para empezar a dibujar el debate –necesario- entre las perspectivas con las que se evalúa la llamada cultura popular frente a la “alta cultura”.

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Con lentes prestados
Miguel Sánchez Rojas

Cuando un fenómeno es contextualizado en entornos distintos, la óptica y la percepción trabajan igualmente de maneras distintas. En el caso específico de la música, el lenguaje común es ésta misma; no obstante, las referencias adquiridas por medio de las experiencias en torno a ella le agregan ciertos atributos tan particulares como cada individuo que participa en alguna de sus manifestaciones.

¿Se puede hablar de la música como un lenguaje común? En apariencia se podría decir que sí. Sin embargo, todo depende del objetivo que se persiga: el uso del sonido como un medio para transmitir o comunicar algo -si se quiere ver así- sería uno de los pocos nexos que podrían llamarse comunes. No obstante, esta sentencia comienza a perder fuerza en el momento en el que otros factores importantes se conectan al problema.

El sonido por sí mismo no tiene la virtud de expresar. Es la forma en que éste se organiza lo que da sentido y estructura al discurso. Cuando los referentes en torno a dicho discurso se agregan al problema es cuando todo comienza a complicarse. Los elementos rítmicos, las relaciones armónicas, los recursos melódicos y tímbricos persiguen fines distintos dependiendo del medio en el que se encuentran. En un contexto “académico” las reglas establecidas para asociar dichos elementos son el resultado de la experimentación y la evolución de esta tradición a través de los siglos, creando una lógica y un sentido discursivo complaciente para todos aquellos involucrados en esta práctica. Se aprende a descifrar este código por medio de herramientas de análisis que dan coherencia a todos los elementos y es por medio de este proceso que se puede crear una vinculación entre quien propone (crea o recrea) y quien recibe (escucha), pudiendo, entonces sí, transmitir una idea.

Dicha coherencia funciona de forma exclusiva para cada sistema musical, dado que sus elementos están configurados para que así sea. Pero ¿qué sucede cuando se quiere aplicar a otros campos?

Suponiendo que fuera el caso de música tradicional como el Son jarocho, un músico o un escucha de formación académica no podría utilizar sus recursos de análisis y comprensión para entender esta otra forma de hacer música. La tradición y las historias de ambas podrán ser incluso similares en algunos momentos pero nunca iguales, haciendo que el resultado de cada una de ellas persiga fines distintos. Si se insistiera neciamente en imponer las reglas de uno en el otro para comprender, se caería en la desgracia de eliminar completamente el gozo de la experiencia estética.

Supongo que se requiere de cierto nivel de inocencia para conseguir dejarse sorprender por los elementos de una propuesta diferente y sólo así, poco a poco, comenzar la inmersión en un sinfín de posibilidades provenientes de una perspectiva distinta.

Entender la función de cada uno de los instrumentos, la relación entre la métrica musical y la versada así como la complejidad de los ritmos que se agregan desde la tarima son primordiales para el acercamiento de ambas partes. Tanto el ritual del fandango como el de un concierto en algún escenario contienen una serie de elementos específicos que se deben conocer para poder comprender lo que sucede, pues no da igual cantar o subir a la tarima a cualquier momento, ni mucho menos la forma cómo debe hacerse. Las estructuras de las piezas, si bien son semejantes en ambas propuestas, recurren a asociaciones y funciones de sus elementos de manera distinta, dando por resultado otras formas de expresión. Adentrarse en ese código abre las puertas que permiten la entrada en una manifestación distinta de un mismo fenómeno.

Al tomarse en cuenta éstas y muchas otras diferencias y similitudes, se podría comenzar a hablar de un lenguaje común, y partiendo de ese común denominador es que se podría comenzar un intercambio de ideas, recursos, propuestas y opiniones que pueden aportar algo a ambos.

Se me antoja imposible el poder aseverar que la música es un lenguaje común -“lenguaje universal”- dado que la ignorancia de la forma en que se emplean sus elementos en entornos distintos implica la incomprensión. Solamente acercándonos al conocimiento de los códigos podemos asumir la posibilidad de transmitir las formas musicales. Y en esta pequeña reflexión, únicamente he mencionado dos casos dentro de una cantidad casi incalculable de propuestas de usos del sonido…

12 de octubre de 2009

Intermedio

El telar de Tía Cayita. Video documental realizado por Tania Arevalo en el marco del taller de video Mirar pa' dentro del Centro de Documentación del Son Jarocho (Jáltipan 2006).

En este video conocemos a Tía Caya, Leocadia Cruz (Premio Nacional de Artes y Tradiciones Populares 2006 ), y su labor enfocada al rescate del telar de cintura en el Sur de Veracruz.

PRÓXIMO POST: Lunes 19 de octubre.

5 de octubre de 2009

El Centro de Documentación del Son Jarocho en peligro

El espacio del Observatorio se abre esta semana para informarles sobre la situación que atraviesa una organización amiga, El Centro de Documentación del Son Jarocho, ubicado en Jáltipan, Veracruz, y pedirles su ayuda para evitar su desaparición.

El Centro de Documentación del Son Jarocho, fundado por el promotor cultural Ricardo Perry, se ha constituido por una década en plataforma de lanzamiento de múltiples proyectos dirigidos a la reactivación y preservación del son jarocho. En el marco de sus actividades se encuentran talleres de son, de telar y de video, además de la difusión y preservación de materiales documentales relacionados con la cultura jarocha.

El Centro es el hogar de grupos significativos para el proceso de desarrollo del son actual, como Los Cojolites, Son del Mar y Los Chogotzin.

Lamentablemente, el inmueble en el que se ubica el Centro no le pertenece al colectivo que anima todas estas actividades (como ocurre mucho con los proyectos culturales). Actualmente y debido a la muerte de su propietario, quien les cedía el espacio para su uso, el Centro de Documentación enfrenta dos escenarios: la compra del predio o su desalojo.

Un grupo de creadores culturales, promotores y seguidores del trabajo de Ricardo Perry y Los Cojolites se han unido para pedir apoyo al Gobierno del Estado con el fin de adquirir la casa. Esta demanda se publicará bajo la forma de carta pública esta semana con la firma de figuras como Eugenia León, Chavela Vargas y Mono Blanco entre otros.

En el Observatorio creemos que la acción cultural debe depender cada vez menos de la discrecionalidad del aparato de gobierno, pero también creemos que para que esto suceda es necesario que se produzcan las condiciones necesarias para fortalecer a las organizaciones independientes, a los gestores y a los creadores que trabajan con un bien (la cultura) que no es de la misma naturaleza que los bienes de mercado.

Por ello, convocamos a nuestros lectores, a todos aquellos que conozcan y gusten de la música de Los Cojolites, que crean necesario preservar los talleres de telar de cintura de Doña Leocadia Cruz (Premio Nacional de Artes y Tradiciones Populares 2006), que leyeron la revista Son del Sur, que gozaron en el festival de Son Jarocho en Jáltipan, que fandanguearon en el Encuentro de Jaraneros de Chinameca o que aprendieron en el Seminario El Son Jarocho y Otras Culturas en el rancho Luna Negra de la isla de Tacamichapan a que le escriban a Ricardo Perry, a que le manifiesten su apoyo, a que sumen su firma a la carta pública y a que -si pueden- donen dinero para apoyar la compra de la casa del Centro de Documentación.

Para adjuntar su firma de apoyo, escriban al correo electrónico que incluimos líneas abajo (se reciben firmas hasta mañana martes 6 de octubre por la noche).

Aquí les dejamos las ligas a través de la cuales pueden informarse sobre el trabajo del Centro. Además, incluimos el número de cuenta en el que se puede depositar cualquier aportación voluntaria. Cualquier información que requieran, pregunta o comentario que surja entre los interesados puede hacerse al correo de Ricardo.

Porque nos interesa que las iniciativas culturales se desarrollen con las mejores oportunidades, desde acá les agradecemos su interés y su apoyo.
http://centrosonjarocho.blogspot.com/
http://www.youtube.com/user/centrodoc
http://www.myspace.com/loscojolites
elsonjarocho@yahoo.com.mx
Número de cuenta: 7242951, Banamex, Sucursal 0381 (Jáltipan) a nombre de Benito Cortés Padua.

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Centro de Documentación del Son Jarocho
Creado en 1999 en la ciudad de Jáltipan, Veracruz, México, el Centro de Documentación del Son Jarocho tiene como finalidad el trabajar en proyectos culturales que ayuden a preservar la historia y la cultura del sur de Veracruz, y su eje es el son jarocho, logrando a lo largo de 10 años de existencia un trabajo que ha permitido que en los municipios de Cosoleacaque, Chinameca y Jáltipan niños y jóvenes volvieran a tocar el son jarocho, reintegrando en los eventos sociales y comunitarios la fiesta del fandango, que es la fiesta tradicional de nuestra tierra, los músicos, cantadores, bailadores, publico alrededor de una tarima de madera que disputan parejas o grupos de mujeres según sea el son que interpreten los jaraneros.

A partir de este trabajo se ha integrado varias agrupaciones que hoy forman parte de una cantidad de mas de doscientos grupos que integran este nuevo renacer del son jarocho de estos días.

Eventos culturales
El centro dentro y fuera de sus instalaciones organiza diversos eventos culturales.
Llevamos trece años dirigiendo el Encuentro de Jaraneros de Chinameca en el marco de las fiestas patronales de la Virgen de la Concepción.
Desde hace quince años celebramos nuestro Festival de Son Jarocho y Otras Músicas en Játipan.
Realizamos desde hace ocho años el Seminario El Son Jarocho y Otras Culturas en el rancho Luna Negra en la isla de Tacamichapan.
El Centro es el lugar de trabajo del Grupo Los Cojolites, además de albergar a los grupos Son del Mar y Los Chogotzin.

Biblioteca
Nuestra biblioteca es el núcleo del Centro, pues en ella se concentra los textos, mapas, discos, videos, fotografías y todo el material que nos ayuda a comprender nuestros orígenes y nuestra cultura. Desde su fundación, es diariamente visitada sobre todo por niños enviados por los maestros de la localidad para conocernos a nosotros mismos.

Talleres de enseñanza
En el centro se imparten cursos a niños y jóvenes de forma gratuita. En estos talleres se aprende a apreciar la música del son jarocho (zapateado, ejecución de instrumentos, canto y versada), la elaboración del vestido antiguo en telar de cintura, la elaboración de objetos de barro siguiendo el estudio de las formas, métodos y técnicas desde los antiguos olmecas. También hemos realizado cursos y talleres para tocar las ramas tradicionales, y para realizar grabados, dibujo, y pintura.

El taller de son jarocho a cargo de Benito Cortes Padua, integrante de Los Cojolites, tiene diez años de existencia y es el de mayor duración en la historia del son jarocho. A lo largo de estos años se han formado ya a cientos de jóvenes y niños en el conocimiento de nuestra música y ello ha permitido el surgimiento de nuevos grupos de son jarocho.

La revista Son del Sur
En 1995 iniciamos la revista Son del Sur y a la fecha se han editado 10 números, que han recogido testimonios, crónicas, poesías y estudios académicos sobre el son jarocho y la cultura de nuestros pueblos. La revista se ha convertido en una fuerte de información sobre la historia y la cultura del sur de Veracruz. Sus páginas han recogido textos de diversos especialistas nacionales y extranjeros dedicados al conocimiento de la música y la cultura veracruzana, y hoy es referencia obligada para todos los que quieran conocer el pasado y el presente de esta región.

Taller de video Mirar pa’ dentro
A la fecha se han realizado tres ediciones del Taller de video Mirar pa’ dentro, taller que permite el ejercicio de la creatividad a través del ejercicio de mirar, al hacer que los participantes, en su mayoría músicos de son jarocho y estudiantes de la región, convivan y se apoyen mutuamente con videocámaras, grabaciones de voces, música, poesía, dando origen a la creación, lo que sin duda, fomenta el desarrollo de cada uno de ellos. Además, al finalizar este taller se invita a la comunidad de Jáltipan a ver los resultados. El Taller tiene la finalidad de aprender una técnica al mismo tiempo que se conoce nuestra historia, nuestra cultura y nuestra vida actual.