27 de diciembre de 2010

Intermedio

¡Último post del año!
Despidiendo el 2010, subimos el cuarto podcast de la serie Radio Jarochelo producida desde Los Ángeles por César Castro, músico, laudero, productor y director del grupo Zocalo Züe.


En este corte se habla de la versada jarocha y Arcadio Hidalgo, además de que César platica con Andrés Flores, percusionista, laudero y tallerista. Difusión del son desde el otro lado de la línea...
http://www.youtube.com/user/jarochelofilms#p/u

20 de diciembre de 2010

La expresión cultural femenina: entre el aquelarre y la alquimia

Cultura y género: acercándonos a la última curva del año, Lourdes Hernández Quiñones pone sobre la mesa pequeñas instantáneas de la creación artística femenina en nuestro Estado. La condición femenina tiene mucho de subyugado, y sin embargo la creación artística constituye un espacio de afirmación y encuentro del sujeto con sus semejantes. Un aquelarre para conjurar la fractura.
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La expresión cultural femenina: entre el aquelarre y la alquimia
Lourdes Hernández Quiñones

La primera mitad del siglo veinte fue todavía muy difícil para que la voz de las mujeres encontrara un nicho en el ámbito de la cultura en todo el mundo y, en particular, en nuestro país. Un siglo después el panorama ha cambiado, si bien aún quedan algunos escenarios en donde la presencia femenina incomoda.

En México, los primeros años del siglo anterior fueron muy difíciles para las mujeres por lo que tuvieron que asumir una posición de lucha y enfrentamiento permanente. Así, estupendas creadoras, artistas e intelectuales como Frida Kahlo, Aurora Reyes, Nellie Campobello, Nahui Ollin, por mencionar a unas cuantas, se integraron al desarrollo artístico de una nación que recién emergía de una lucha libertaria y continuaba buscando su identidad entre los rescoldos de haciendas incendiadas. Al salir de las casas e ingresar a los talleres, los estudios y las escuelas, las mujeres cambiaron las cucharas por pinceles, plumas o cinceles, y la alcoba doméstica por los foros de los teatros. Sin embargo, lo anterior no representó una experiencia desconocida, pues la magia del quehacer culinario sólo tuvo que ser transferida a la alquimia del arte, que de igual manera requirió de ellas una gran dosis de creatividad, audacia y disposición para defender sus nuevos territorios. En lo social y lo familiar, se generó una auténtica revolución donde viejas estructuras tuvieron que ser modificadas o derruidas para ceder el paso a distintas propuestas para vivir la vida.

Cien años después el panorama es muy diferente. Las mujeres se han incorporado a los diversos ámbitos que antes sólo pertenecían a los hombres y si bien es cierto que todavía hay restricciones para su ingreso a muchos sectores, también es verdad que continúan firmes en esta lucha. La voz de lo femenino en el arte y la cultura se expresa a la par del universo masculino con un timbre, una tonalidad y un código que son propios de las mujeres. No porque necesariamente deba ser diferente, pero sí porque es diverso: “que no es lo mismo pero es igual”, dice el cantautor cubano Silvio Rodríguez.

Así, en el poblado de San Miguel Aguasuelos, en el municipio de Naolinco, la alfarería encuentra su realización tanto en manos de hombres como de mujeres, aunque es la habilidad y la invención de las mujeres la que confiere a este arte popular una expresión de infinita ternura, humor y amplias posibilidades, tanto en los personajes que habitan su geografía visual como en los ornamentos que acompañan a cada una de las piezas finales. Así, pequeños helicópteros-aviones, dejan ver por sus ventanas que no existen, los rostros de niños y niñas que se asoman desde el cielo a mirar los paisajes de la sierra de Chiconquiaco. Las campanas sonantinas que obsequian timbres según su tamaño y grosor, son pastoras, vendedoras de jarros, niñas con trenzas o sombreros y bailan por igual entre las manos de quien las sostiene.

Las tejedoras de Soledad Atzompa, a sólo unos minutos de la ciudad de Orizaba, se reúnen para hilar la lana a la par de la conversación; allí, las ovejas continúan pastando, mientras que las mujeres reunidas, que bien saben de los fríos serranos, inician el tejido en telar de un tapete, un chaleco; o bien el de unos guantes o un gorro, con agujas o gancho. Tarea sólo conferida a las manos femeninas.

En las artes visuales existe tanta diversidad como la de los materiales: Leticia Tarragó, grabadora, con universos propios en torno a la infancia eterna; Rocío Sagaón, bailarina, coreógrafa y ceramista, quien moldea-en todos los buenos sentidos- tanto a sus nietos como a otras mujeres que hacen la historia popular y cotidiana; Iliana Pámanes, pintora, una voz original, ligada con lo onírico y la expresión literaria, quien se ha dedicado a plasmar su obra en formatos variados sobre madera; Estela Jara, fotógrafa, mira al mundo detrás de su cámara, para devolvernos su mirada. En las letras, lo femenino se prodiga igual en la poesía y el ensayo con Esther Hernández Palacios, que en la narrativa, con Magali Velasco.

Generaciones múltiples de voces femeninas se encuentran en la expresión artística diciéndose con libertad en pleno siglo veintiuno, casi como en el aquelarre se reúnen alrededor de una fuerza femenina que emerge en el fuego de la tierra. Aunque en secretos que se gritan, la violencia en contra de la mujer continúa en todos los estratos sociales y sólo la mirada creativa la dice viendo de frente al futuro que quiere ser hoy un buen presente.

13 de diciembre de 2010

Intermedio

El martes pasado, 7 de diciembre, se inauguró en la Galería Ramón Alva de la Canal de la Universidad Veracruzana la exposición El taller de Gustavo Pérez.

Gustavo Pérez, ceramista más de agua que de fuego, vive y crea entre los cerros de Zoncuantla, entre Coatepec y Xalapa. Queremos celebrar esta exposición subiendo un corto documental producido por Canal 22 hace algunos años: Gustavo platica su relación con el barro, y su amigo Sergio Pitol reflexiona sobre el entorno del creador.

La exposición permanecerá abierta hasta finales de enero de 2011.
La Galería Alva de la Canal se encuentra en Zamora 27 en Xalapa.

6 de diciembre de 2010

Estado, Revolución y Cultura II

A lomos del caballo de la Historia, la Revolución sigue tirando balazo.
Le toca a María Teresa Rodríguez continuar la reflexión sobre nuestra memoria a debate y los herederos de la causa...

María Teresa Rodríguez es antropóloga, investigadora del CIESAS-Golfo desde 1994. Ha publicado libros y artículos diversos sobre cosmovisión, procesos rituales y organización social en contextos indígenas, especialmente nahuas y mazatecos. Le agradecemos el que nos haya acompañado a pensar sobre este centenario y esperamos volver a encontrarla por este blog.

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Pesa en nosotros el pasado y el futuro
Duerme en nosotros el presente…

Fernando Pessoa. Elegía en la sombra


A muchos mexicanos la revolución no les hizo justicia. Una incierta nostalgia tiñe de entrañable lo que se quedó atrás y se opone a un futuro impredecible. El camino hacia delante se desmorona y el horizonte de progreso se torna borroso ante una incertidumbre cada día más aguda. Los símbolos nacionales y las gestas heroicas parecieran ser la antítesis de las contradicciones que operan al interior del país, y vuelven anquilosados los discursos de los políticos acerca de los logros revolucionarios.

¿Qué fue del proyecto nacional del México postrevolucionario? La revolución mexicana es un capítulo de nuestra historia, un referente trasnochado, parte de esa construcción histórica que pretende dar cuerpo a una identidad nacional, a partir de un corpus abstracto. Tal vez es, en parte, el ritmo acelerado impuesto por las corrientes de la globalización lo que nos impide detenernos a mirar detenidamente a los sectores más pobres que aún viven en el rezago y la marginación.

Las interrogantes inevitables son: ¿Quiénes integran esa comunidad con la que los hechos históricos tendrían que estar ligados? ¿Es la historia una cuestión de interés y debate público? ¿O se trata más bien de representaciones construidas a través de un proceso que ha respondido a los intereses de las clases en el poder?

La revolución es, sin duda, uno de los más importantes referentes de nuestra historia como nación. Sin embargo, la nación, como representación de la colectividad tiene fisuras, huecos… hay una "falta de presencia dada o consumada"(1), lo representado no es, nunca está: ¿A qué refiere esa comunidad preconcebida y abstracta?, ¿A quién nombran los símbolos nacionales?

Si observamos la compleja y diversa realidad cotidiana no podemos dejar de preguntarnos acerca de quienes son los protagonistas y herederos de “nuestra historia”, a quiénes representa, cuáles son las verdades, los ideales que pueden extraerse de nuestra construcción del pasado y cómo se vinculan –si es que lo hacen— con nuestra disímil realidad nacional.

Como han subrayado historiadores y antropólogos, el discurso nacionalista abunda en exaltaciones a las glorias pasadas de las nuestras culturas milenarias, pero no explica qué lugar tienen en ella los herederos de aquellas culturas. En este discurso, los indios precolombinos son presentados como personajes valientes y nobles, como figuras radicalmente distintas de los indígenas de hoy, muchos de los cuales transitan por las ciudades en el sector informal o buscan un mejor modo de vida atravesando la frontera norte.

Es quizás por ello que en determinados contextos, las élites indígenas se han identificado como herederos directos de las culturas prehispánicas de la mitología nacional, con el fin de conseguir cierta visibilidad frente a los sectores gobernantes y de ese modo lograr un trato preferencial. De esta forma han surgido procesos de reelaboración selectiva de tradiciones locales, con el fin de lograr posicionamientos más alentadores en las relaciones frente al estado, e incluso frente al mercado. Este tipo de elaboraciones implica la existencia de representantes e intelectuales capaces de hablar en nombre del resto frente a funcionarios, políticos, turistas e incluso frente a los mass media. Nos encontramos pues frente a sectores indígenas que enarbolan el orgullo étnico como una de las vías de acceso a la modernidad, retomando marcadores como la lengua y las producciones artísticas vernáculas para insertarse en el mundo global. Este tipo de inserción responde tanto de las adaptaciones estratégicas al contexto mundial, como a la ausencia del paternalismo de estado y la falta de confianza en las instituciones gubernamentales.

Estas nuevas formas de participación expresan un manejo de “las tradiciones” locales, con base en las necesidades y desafíos del presente, y reflejan al mismo tiempo una concepción que se ha despojado del peso de la tradición en tanto dispositivos de control comunitario. Tienen razón, sin duda, los antropólogos que han apuntado que el ejercicio de la identidad étnica debe interpretarse como un esfuerzo grupal para lograr la supervivencia social. El surgimiento de nuevas y diversas formas de expresión y de organización evidencia que los pueblos indígenas -frente a los imperativos de supervivencia- han construido discursos que conjugan posiciones tradicionalistas, con ideologías de progreso y orgullo étnico. Sin embargo, en muchos casos, mientras que las reivindicaciones étnicas son abanderadas por los sectores indígenas en ascenso, los más marginados aspiran a salir de las condiciones de alienación que genera el estigma de ser culturalmente diferentes.

Pareciera pues que el fenómeno de lo nacional, lo considerado representativo de esa colectividad que se imagina mexicana, es un proceso que se sustenta en la enunciación de la alteridad. Por supuesto, esa enunciación no alcanza a contener a su referente inicial –lo representado no es—, condiciona la mirada, la sujeta a los límites del lenguaje. La alteridad se reduce a aquello que es posible decir y por lo tanto imaginar. El indígena pasa entonces a formar parte de una semántica de lo moderno y lo nacional.

La Revolución es para muchos un episodio borroso, evocado en los libros de historia y en las fotografías color sepia que decoran algunas oficinas y cafés. No todos, quizás pocos de los parroquianos que contemplan esas fotos recuerdan o saben que existen muchos rincones de este suelo donde aún se muele en metate, se cocina en fogón y se duerme junto a las brazas para pasar la noches de invierno en el desierto o en la montaña.

Pero los indios mexicanos lucen bien en los promocionales turísticos. El turista extranjero sabe que aquí encontrará pueblos pintorescos, pirámides y joyas arqueológicas, muestras de nuestro pasado imperial; además de danzas y festivales que son como estanterías de folklore, todo concentrado y al alcance de la mano. Sin embargo, la realidad del mexicano del siglo XXI salta a la cara cuando leemos sobre los millones de pobres que la alternancia política no ha sabido resolver, de los miles que viven lejos del terruño, atrás de la línea, buscando la seguridad y estabilidad que aquí no encontraron.

Nos corresponde por ello, realizar ahora un recuento histórico acerca de las ideologías nacionalistas fincadas en momentos clave de nuestro pasado, en el tiempo presente de este país que tiene aún muchos rezagos y cuentas pendientes. Nos corresponde igualmente ceder la palabra, dejar que el otro hable y se integre al ámbito de lo público como presencia activa: pugnar por el derecho a la auto-representación y participación en la construcción del presente y el futuro.

(1)NANCY, Jean-Luc. La representación prohibida: Nómadas, Argentina, 2007, p. 37.

29 de noviembre de 2010

Intermedio

Para abundar en el espíritu revolucionario de las fechas, queremos recordar la película Redes (1936), dirigida por Emilio Gómez Muriel y Fred Zinnemann.

Redes, en un principio titulada Pescados, fue concebida orginalmente para ser un documental sobre los pescadores de Alvarado, Veracruz, dirigido por el cineasta norteamericano Paul Strand y musicalizado por el entonces director del Departamento de Bellas Artes de la Secretaría de Educación Pública, Carlos Chávez. Con el tiempo, y debido a ajustes administrativos, Strand se limitó a coescribir el guión de lo que mutó a una ficción basada en hechos reales, y a ser la cámara del film. Chávez abandonó el proyecto y se le encomendó la música a Sivestre Revueltas.



La película se realizó entre 1934 y 1935 en Alvarado, y la mayor parte del elenco se integró con los mismos habitantes del puerto. La historia, de fuerte componente social, narra la lucha de los pescadores empobrecidos enfrentando a los comerciantes y políticos locales quienes tratan de impedir la unión del movimiento y el cumplimiento de sus demandas. La lucha de clases y las reivindicaciones populares se presentan como temas centrales del movimiento nacionalista postrevolucionario fomentado desde las instituciones estatales: la SEP financió el proyecto fungiendo como entidad productora.










Fotogramas de la película

La música de Revueltas, quien pasó algún tiempo en Alvarado siguiendo el rodaje, fue terminada mucho antes del fin de la filmación, y convirtió a Revueltas en uno de los primeros compositores para cine sonoro. Revueltas estrenó una suite de concierto de la música compuesta el 12 de mayo de 1936, en el Palacio de Bellas Artes, dirigiendo la Orquesta Sinfónica Nacional.


Sivestre Revueltas, Suite Redes. Orquesta Sinfónica Nacional de México. Dir. Enrique Arturo Diemecke.

Redes, la composición de Revueltas, ha logrado una mayor celebridad que la película, la cual fue un fracaso de taquilla en México y tuvo una ligera resonancia entre los círculos de la crítica internacional. Recientemente la película fue restaurada por la World Cinema Foundation en la Cineteca de Bologna a través del laboratorio L’Immagine Ritrovata. En sus memorias, el director Fred Zinneman narra que le contaron que una de las pocas copias que existían de la película, localizada en París (donde fue estrenada con el título Les revoltés d'Alvarado) fue quemada por la censura nazi durante la ocupación.

22 de noviembre de 2010

Estado, Revolución y Cultura

¿Viva la Revolución?
Ishtar Cardona se pregunta en este post que tanto tienen de vivas Doña Revolución Mexicana y sus demandas, y cómo se resuelve la ecuación entre las postales de nuestra mexicanidad surgidas de la acción estatal postrevolucionaria y las realidades de quienes viven en ellas a diario.

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"Yo me fui a la Revolución
a luchar por el derecho
de sentir sobre mi pecho
una gran satisfacción.
Pero hoy vivo en un rincón
cantándole a mi amargura
pero con la fe segura
y gritándole al destino
que es el hombre campesino
nuestra esperanza futura."
Arcadio Hidalgo

Vivimos tiempos de memoria a zurcir.
Después de los festejos del Bicentenario, con menos pompa y fausto se ha sacado de paseo a Doña Revolución, que ya no es la muchacha bragada, respondona y malcriada de sus primeros años, ni siquiera la dama arregladona y respetable cuya honra fue celosamente defendida y pregonada por los hijos que de ella sacaron tajada durante décadas. Doña Revolución más bien parece la abuelita abandonada, borrosa y lejana que no se acaba de morir, con su costal de anécdotas gloriosas que no interesan a sus herederos.

Total, el mundo es otro, y quienes se encargan de administrar sus bienes se mueven en otros cielos, de modernidad y cosmopolitismo, libre mercado, apertura financiera y estabilidad macroeconómica. No se quieren acordar de ese pasado ranchero y bronco. Los rincones jodidos funcionan mejor como tarjetas postales, y la pobreza sólo se ve bien cuando el jacalón está limpio, las trenzas peinadas y la honra no se pone al tú por tú con el de arriba. Los balazos nada más suenan bonito en las películas de charros, y hasta los barrios proletarios de las ciudades mexicanas tienen algo de poesía si los habita David Silva (o los cuenta Buñuel, aunque tardemos en encontrarle la belleza).

El Estado Nacional Mexicano le dio sus cartas de nobleza al maguey y a la hacienda, al zapateado y al pescador bajo la luna de plata, a la fiesta de Todos Santos y al canto dolorido del desposeído. Vapores imaginarios que si bien no encontraron solución a la pobreza que se les aparejaba, fueron acomodados en el catálogo de imágenes folklóricas de la Patria Postrevolucionaria. El señor papantleco que vende camisas de manta podrá no conocer la estabilidad económica en su cotidiano, pero con una buena luz y encuadre funciona perfectamente para un spot turístico.

Los pequeños pueblos, si no logran erigirse en bastiones del primor patrimonial, serán engullidos por los cinturones conurbanos. Los rebozos se compran en los mercados de las comunidades menos urbanizadas, o en las tiendas de artesanías que ofrecen el pasado a precios del futuro. La música compite para entrar en los listados de las herencias mundiales, pero se deja al músico al aire de su frágil contexto.

Los pleitos por la equidad social son aguas de otros ríos: la clase media mexicana logró ser mucho más abundante que en cualquier otro momento histórico. La Revolución nos cumplió, lo demás es ganancia. No importa que después del Milagro Mexicano –resultado del trabajo de los Hijos de la Revolución- nos hayan noqueado sucesivas crisis que han vuelto a poner a los arribistas clasemedieros en su lugar, en la pendiente de la resbaladilla. Eso no es problema de nosotros, canta el nieto lejano de Doña Rev, la mundialización es así.

Y sin embargo, en todo esto hay mucho de mascarada, de realidad de tablaroca. Los libros de texto nos contaban como habíamos salido de la barbarie, de la carabina 30-30, del asesinato político, de la égida de los generalotes para entrar en un México limpio y civilizado, de eficacia y bienhechura republicana. Pero basta abrir un periódico de hoy por la mañana para constatar que ese México bronco nunca se fue, que la barbarie se mal amarró con un mecatito podrido y ya se soltó, que la carabina se multiplicó en AK-47, que los hombres políticos siguen cayendo plomeados (con su cauda de civiles igualmente acribillados), que miles de mexicanos viven bajo la sombra de nuevos señores de la guerra.

Podríamos hacer con la abuelita moribunda lo mismo que con las tarjetas postales que nos dejó en legado: buscarle los otros ángulos a su historia. Una cosa es lo que nos contaban los hijos preocupados por su honra, y lo que medio festejan sus nietos desmemoriados, y otra las demandas inexorables que la muchacha retobona gritaba a lomos de tren o de caballo por todo el territorio nacional. Cuando se volvió una Doña respetable esos gritos se apaciguaron y diluyeron; el problema es que sus causas no desparecieron del todo. Y los rezagos y olvidos nos están pasando factura ahora, más urgentes y críticos. No hay sombrero de charro, rebozo, sarape, escenografía ni postal que alcance a tapar el horror, ni conjunto jarocho, mariachi o sonidero que enmascare los gritos.

A Doña Revolución ya se la cargó el tiempo, pero sus búsquedas, su preguntas se quedaron acá y siguen sin sus respuestas. Podemos quedarnos con el retrato de la viejita inmaculada, respetable y su colección de tarjetas postales como una gran foto de familia por encimita feliz. Podemos también preguntarnos qué se quedó sin resolver la abuelita, con ese miedo a las cosas pendientes que tiene el que se niega a acabar de morir.

¿Y si nosotros nos volvemos a hacer esas preguntas, les encontramos respuesta a nuestro modo, pero respuesta cabal, y le damos vuelta a la página?
Tal vez ya no necesitaremos canciones de cuna revolucionarias, ni clichés inmóviles y sepias para decirnos en qué consiste ser verdaderamente mexicanos.

15 de noviembre de 2010

Intermedio


Coloquio Internacional Ciudad y Puerto de Veracruz. Hoy como Ayer.
Balance sobre los estudios sociohistóricos 1810-2010


Del 17 al 19 de noviembre de 2010
Sede: IVEC (Canal entre Zaragoza y Gómez Farías, Veracruz, Ver.).

MIÉRCOLES 17 DE NOVIEMBRE

9:00 Inauguración.

10:00 Conferencia inaugural. Dr Juan Antonio Flores Martos (Universidad de Castilla-La Mancha). Fronteras y trabajos emocionales en las investigaciones antropológicas sobre el Puerto de Veracruz: Reflexiones desde el pasado, propuestas para el futuro.

11:00 Receso

Sesión 1: La orilla orillada

11:30 Arqlga. Judith Hernández Aranda (Centro INAH-Veracruz)/Arqlgo. Roberto Jesús Ávila Hernández (Proyecto arqueológico San Juan de Ulúa). El Arsenal Nacional de San Juan de Ulúa antes y después de la Revolución Mexicana.

12:10 Mtra. Jessica Gottfried (Centro INAH-Veracruz). Música llega por mar y sale por una carreta: la discoteca de las hermanas Gipsy.

12:50 Dr. Andrew Grant Wood (University of Tulsa, USA). Los movimientos de inquilinos en Veracruz, México y las Américas. 1900 – 1930.

13:30 Debate.

14:00 Comida.

16:00 Dr. Ricardo Pérez Montfort (CIESAS). Presentación de videos y mesa redonda sobre la visión de Veracruz a través de los documentales.

17:15 Federico García Cruz (Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la UV). Veracruz, 4:07 min.

17:30 Irwing Contreras Sánchez (Producciones Kyrby). Marimba, 16:06 min.

18:00 Rafael Macazaga y M. Molohua (Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la UV). Tribus urbanas, 7 min.

18:15 Rafael Macazaga y M. Molohua (Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la UV). Príncipe, 10:37 min.


JUEVES 18 DE NOVIEMBRE

Sesión 2: “Estás mal.” Construcción de la diferencia dentro de la sociedad local. Moderador: Mtro. Mario Constantino (UV)

9:00 Dr. Genaro Aguirre Aguilar (UV). La experiencia amorosa en Veracruz.
Una mirada desde la interculturalidad.

9:40 Dra. Rosío Córdoba Plaza (UV) / Dr. Hipólito Rodríguez (CIESAS-Golfo).
De márgenes y trasgresiones: imaginarios sociales en el puerto de Veracruz.

10:20 Dr. Christian Rinaudo (IRD / CIESAS / Centro INAH-Veracruz). Las fronteras de la dominación: distinciones sociales, sexismo y racismo en la vida cotidiana del Puerto.

11:00 Dra. Christina A. Sue (University of Colorado – Boulder). Ideologías
Raciales e Identidad Racial en el Puerto de Veracruz.

11:40 Receso.

12:10 Dra. Hettie Malcomsom (University of Cambridge). Un baile delimitado: grupos y la estandarización del danzón en el Puerto de Veracruz.

12:50 Mtro. Bernardo García Díaz (UV) / Mtro. Ariel Montalvo Torres (UV).
Un siglo de música bailable en el Puerto de Veracruz. Influencias foráneas y recreaciones locales.

13:30 Dra. Yolanda Juárez Hernandez (UV). Migración cubana en Veracruz a través de un padrón de 1864.

14:10 Debate.

14:40 Comida.

16:30 Presentación de avances de trabajos de estudiantes de la UV.

16:45 Janet Neri: Sur 13. Un acercamiento a sus prácticas de identidad tribal.

17:15 Víctor Toriz: La tradición del danzón en Veracruz.

17:45 Sergio Aldazaba: Callejonear bailando en el Puerto.

18:15 Video de Jaime Cruz (Universidad Cristóbal Colón): La puerta de mar, 45 min.

20:00 Inauguración de la exposición fotográfica (Fototeca): Sandra Ryvlin-Rinaudo, "Lo que somos": retratos en Veracruz.


VIERNES 19 DE NOVIEMBRE

Sesión 3: Cabeza de playa, punto de llegada, partida y regreso, fin de línea. Moderadora: Dra. María Teresa Rodríguez (CIESAS-Golfo)

9:00 Dra. Carmen Blázquez (CIESAS-Golfo). Puerto de altura y puertos de cabotaje en la costa del Golfo: el papel de compañías navieras, comerciantes y empresarios en la integración de una región trasatlántica. 1880-1900.

9:40 Mtro. Alfredo Delgado Calderón (Centro INAH-Veracruz). El Puerto de Veracruz en la revolución. Apuntes inéditos.

10:20 Mtra. Dora Sánchez Hidalgo H. (University of Chicago). El Puerto de Veracruz: ¿Una ciudad de paso? Trabajadores honestos y buenos vecinos.

11:00 Mtro. Daniel Nahmad Molinari (Centro INAH-Veracruz). El teatro anarquista en Veracruz. La actividad teatral de los sindicatos veracruzanos en 1923.

11:40 Receso

12:10 Dra. Kali Argyriadis (Institut de Recherche pour le Développement/CIESAS). Procesos de relocalización de la santería en Veracruz: El mercado, espacio restringido de legitimidad.

12:50 Mtra. Raquel Paraíso (Universidad de Madison, Wisconsin, USA). En el espacio del desafío: música, modernidad, tradición y nostalgia.

13:30 Mtra. Ishtar Cardona Pérez (IHEAL–EHESS). El Son Jarocho como patrimonio: Entre el orgullo nacional y la nostalgia trasnacional.

14:10 Debate.

14:40 Comida.

16:30 Presentación de libros:

• Quirec Chantraine, Postales antiguas de Veracruz, 2010.

• Bernardo García Díaz (Éd.), Historiografía sobre la Revolución en Veracruz,
Xalapa, Publicaciones del Gobierno del Estado de Veracruz, 2008. / Documentos, testimonios y crónicas de la revolución mexicana en Veracruz. Antología. Xalapa: Publicaciones del Gobierno del Estado de Veracruz – Secretaría de Educación de Veracruz, 2010.

• Juana del Carmen Santos, "Jolgorio, rumba y bullanga: Carnaval jarocho" en: Veracruz fiesta viva, Gobierno del Estado de Veracruz, 2010.

• Jorge Alberto González Ramírez, Personajes y Perfiles, CONACULTA, Colección Literaria Centenario-Bicentenario, 2010.

• David Mawaad, Francisco Martín Muñoz Espejo, Sara Elizabeth Sanz Molina, Angel José Fernández, Fortalezas históricas de Veracruz, Xalapa: Secretaría de Educación, 2010.

10 de noviembre de 2010

Intermedio extraordinario...

Información para estos miércoles 10 y jueves 11 de noviembre:

Coloquio organizado por el Programa de Investigación en Artes.

8 de noviembre de 2010

La cara cambiante de Veracruz

Reflexionando sobre las posibilidades del desastre, sus causas y transformación del contexto que lo originó: Melanie Lombard responde el post anterior y, narrando brevemente el ejemplo xalapeño, nos ofrece una perspectiva objetiva sobre la prevención de las contingencias -climáticas entre otras- anclada en las condiciones estructurales, y no en la imprevisibilidad de las "fuerzas naturales" o en el capricho de la fortuna.

Melanie es Doctora en Planeación y actualmente es profesora en Desarrollo Urbano en el Centro de Investigaciones de Urbanismo Global (Global Urban Research Centre) de la Universidad de Manchester. Su tesis doctoral se tituló "Vivienda popular, marginación, tenencia de la tierra, regularización y construcción simbólica del espacio habitacional en colonias populares de Xalapa." Es decir, Melanie sabe de lo que habla...


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La yuxtaposición propuesta en la entrada de blog “Urbes Veracruzana, ideas y realidades en tela de juicio” nos presenta dos polos de imágenes idílicas de la región – la del puerto caribeño de Veracruz, y la de Xalapa, la ciudad de flores – antes de romper este esquema con la invocación de la realidad actual del Estado. Según lo anterior, esta realidad consiste en “la suciedad, la falta de armonía, la pobreza, (y) las trazas irregulares”.

Estos efectos pueden ser considerados como las herencias de una larga trayectoria de urbanización, vinculado con los procesos de la globalización, a nivel del país. Las décadas de rápido crecimiento de las ciudades mexicanas, tal como en otros países de la región, conllevaron la industrialización y la migración masiva de las zonas rurales a las urbanas, concentrando en las grandes ciudades necesidades humanas a una escala difícil de atender por las entidades administrativas. En el contexto de los efectos del programa de ajuste estructural, esta capacidad disminuyó aun más.

En el Estado de Veracruz, algunos efectos de la globalización se han sentido más fuertemente que otros, como la reforma agrícola, simbolizado por la firma del TLCAN, a lo que se sumaron los efectos de la fluctuación en los precios de ciertos productos de la región, como el tabaco, el café y el azúcar. En este contexto, la población de Xalapa, capital del Estado, creció de 205,000 en 1980, a 336,000 en 1995. Este patrón de crecimiento urbano, visto en otras ciudades veracruzanas pero a una escala menos extrema, es vista por los medios locales como responsable de crear una “ciudad de invasiones” (http://www.oem.com.mx/elsoldecuautla/notas/n982204.htm), donde la planeación ya no existe, y la ciudad se deteriora ante el cambio demográfico.

Lo cierto es que en las urbes veracruzanas, los efectos de la rápida urbanización están cambiando para siempre su carácter. Además, se puede observar tendencias de marginalización social y exclusión espacial, aguzando algunas de las tendencias ya existentes como desigualdad y pobreza en el escenario urbano.

Pero detrás de estos temas se encuentra la vulnerabilidad de la población urbana más marginalizada. La vulnerabilidad en este contexto se reconoce por la condición de no poder recuperarse de choques inesperados: se trata mayoramente de choques económicos, pero pueden estar relacionado con la salud, las condiciones físicas de alojamiento, la violencia, etc. Entonces la circunstancia de vulnerabilidad se extiende a diversos sectores, incluyendo los efectos de la globalización, y más concretamente, los efectos del cambio climático.

Este fenómeno se vio en Veracruz hace poco. Los daños sufridos por las tormentas tropicales nos sugieren que esto puede repetirse en el futuro. A nivel global, nuestro clima está cambiando; pero desgraciadamente, son los más pobres quienes van a sentir más gravemente los efectos de este cambio. Como se ha visto en el caso de las últimas inundaciones, los más marginados son los más vulnerables. Son ellos quienes viven en los lugares menos aptos para la habitación – al borde de los ríos, en las zonas aluviales, en pendientes en las afueras de la ciudad – la mayoría del tiempo no por elección, sino por falta de alternativas. Además, la oferta de servicios muchas veces no se facilita en estas condiciones de vida, lo que implica una calidad de vida ya baja, sin tomar en cuenta los efectos de desastres climáticos.

Todo ello implica que para atender a los efectos del cambio climático, hay que tratarlo como un asunto de justicia social, empezando con la vulnerabilidad de los más pobres. Implica integrar las prioridades de enfrentar la pobreza y la desigualdad urbana – donde ha habido avances grandes, pero todavía no suficientes – con las políticas de infraestructura impulsadas por las inundaciones y otros efectos del clima.

Como se ha destacado anteriormente, el momento de actuar para las autoridades y los ciudadanos es ahora; pero hay que empezar en los lugares más marginalizados, donde hay menos capacidad de responder a una escala apropiada, si bien existe la capacidad informal, a nivel individuo y de hogar. Ver el tema de cambio climático como un tema de justicia social tiene grandes implicaciones, y ya se esta haciendo en otros lugares del mundo. Ante un futuro incierto, actuar ahora es imperativo.

1 de noviembre de 2010

Intermedio

En esta ocasión y haciendo pausa propia al memento mori, subimos una serie de videos encontrados en el espacio internáutico -producidos en su mayoría por los mismos habitantes de la región- y que dan cuenta de la Fiestas de Todos Santos o Xantolo (deformación del latín Sanctorum) en El Higo y Tempoal de Sánchez, Huasteca veracruzana: del levantamiento de altares, pasando por la construcción de máscaras, las comparsas o cuadrillas de baile (como Los Comanches o La Viejada), hasta las cumbias que mezclan sones y comparsas con imagen grupera y sonido chunchaquero. Las tradiciones no son inmóviles...


Las comparsas enmascaradas


Serie de fotos con música de las fiestas en Tempoal


La danza de Los Comanches con la Comparsa La Quinta


Cápsula documental sobre La Viejada en El Higo


El Tapado. Son tradicional adaptado por el Grupo Passion de Tempoal

24 de octubre de 2010

Urbes Veracruzanas: ideas y realidades en tela de juicio

Sobre suelo veracruzano planea un sueño feliz de trópico, café y música que se concentra en los callejones, las playas y los portales de sus ciudades.
¿Pero qué ocurre cuando ese feliz vapor se rompe a fuerza de oleadas, inundaciones y riadas ocasionadas no totalmente por la fuerza de la naturaleza, sino mayormente por la ineficacia de la infraestructura hidráulica de los asentamientos urbanos?

Ahtziri Molina nos habla en este post sobre la falta de previsión -y de acción- que conducen a la incoherencia entre la postal idílica y el espejo lleno de realidad.

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Pensar en las ciudades veracruzanas generalmente nos remite a dos tipos de imágenes idílicas: por un lado las que remiten al “rinconcito donde hacen su nido las olas del mar”, imágenes de trópico, playa, danzón y son, buen humor y fandango. Y por otro aquellas del “olor jazmín” con su neblina montañosa, de tierras de café, humedad, cultivo de las artes y nostalgias. Éstas son imágenes que la mirada idealizada, romántica, trae del Puerto de Veracruz, Tlacotalpan, Tuxpan, Xalapa, Córdoba, Orizaba y Huatusco por nombrar algunas.

Estos cuadros que han sido creados en base al clima, al contexto, las formas de vida, la nostalgia y las miradas turísticas, dan cuenta de las nociones básicas que utilizamos para representar la vida urbana en el Estado. Sin embargo, estas representaciones están lejos de cubrir las realidades de las urbes veracruzanas. Los retratos que generamos y presentamos al exterior, muchas veces dejan de lado aquellos aspectos de la vida diaria que encontramos poco atractivos e incluso vergonzosos como la suciedad, la falta de armonía, la pobreza y las trazas irregulares, entre otros.

El territorio veracruzano tiene una extensión territorial de 71,500 kilómetros cuadrados, con la peculiaridad de contar con 780 km. de longitud contra 212 km. en su parte más ancha. En la actualidad el 60.7 % de los 7,110, 214 habitantes del estado viven en territorios urbanos según mediciones del INEGI. A lo largo del territorio se identifican cinco regiones urbanas centrales a su zona: Tuxpan-Poza Rica, Xalapa-Coatepec, Veracruz-Boca del Río, Córdoba-Orizaba y Coatzacoalcos-Minatitlán que fungen como centros regionales. Sin embargo el tendido urbano es mucho más amplio, lo cual implica que una amplia cantidad de asentamientos humanos requieren de planeación, infraestructura y organización para lograr un medio ambiente agradable y sustentable en el cual sea deseable vivir.

Si bien lo dicho hasta ahora no representa ninguna novedad, los daños dejados en amplias zonas de Veracruz por los meteoros Frank, Karl y Matthew evidencian la falta de previsiones mínimas para vivir en estos territorios que mantienen una amplia y constante relación con el agua, pues además de sus 745 km. de franja costera, el 35% de las aguas superficiales del país pasan por Veracruz para alcanzar el mar. Cabe mencionar que en este porcentaje, no se contabilizan los 20 nuevos ríos nacidos o reactivados por estos huracanes.

Por lo tanto, es innegable que este Estado gobernado por agua tiene la necesidad y urgente oportunidad de repensarse, así como la necesidad de identificar las estrategias hídricas y de planeación urbana que esta condición demanda. Estos hechos brindan la oportunidad de construir nuevas formas de vida más acorde con las condiciones locales. Además, de la perentoria necesidad de mantener las aguas en equilibrio, es decir, observar mecanismos para el dragado de los ríos, el mantenimiento de las presas, la regulación del suelo urbano y la necesaria forestación de estas tierras tropicales para mantener la armonía con la naturaleza.

Es cierto que en un panorama de amplia desigualdad social, donde la población atiende sus necesidades inmediatas, las empresas constructoras ofertan predios no aptos para la vivienda y las instancias públicas lo permiten, solapan e incluso procuran. En estas circunstancias las buenas intenciones de convivir de buen modo con la naturaleza no son de alta prioridad. En su lugar, se desarrollan una serie de hábitos prácticos como el desechar los residuos en la calle, no reciclar, quitar arboles como medio de urbanización, pavimentar sin drenaje; por mencionar algunos de las gestos cotidianos que hicieron que los huracanes impactaran a las comunidades con mayor fuerza, especialmente a las poblaciones más vulnerables.

Esta crisis de agua desbordada nos permite vislumbrar futuros desastres de mayor envergadura si las condiciones actuales se mantienen o aumentan. Es lamentable que en un estado donde se cuenta con el conocimiento histórico de grandes inundaciones y se conocen los modos en que se comporta el agua, no se respeten sus dinámicas y no se hayan encontrado formulas para convivir con esta fuerza natural.

Por lo tanto, considero que esta crisis se presenta como oportunidad para recuperar la memoria y las prácticas agrarias milenarias, en las cuales existía una relación más armoniosa con el entorno y una convivencia más respetuosa y consciente con la naturaleza. Como una necesidad práctica, es preciso recordar la fuerza y el valor del agua en nuestras actividades cotidianas, en nuestro entorno, como un símbolo dual de fuerza y destrucción, de vida y de muerte; para que nos sea posible recordar que pertenecemos a la tierra y sus fuerzas, y no ellas a nosotros.

17 de octubre de 2010

Intermedio


Primera de una serie de entrevistas realizadas al muralista xalapeño Melchor Peredo sobre el muralismo, la Revolución y la obra que recientemente se inauguró en Palacio de Gobierno. Video producido por La Jornada Veracruz.

El próximo jueves 21 de octubre a las 19:00 hrs., el pintor Melchor Peredo inaugurará la exposición Proceso de un mural en la Pinacoteca Diego Rivera, bajos del Parque Juárez, Centro, Xalapa.

Esta exposición gira en torno a los bocetos y proyecciones que el Maestro Peredo y sus ayudantes elaboraron para el mural Una Revolucion continua que recientemente se inauguró en el Palacio de Gobierno Estatal.
La entrada es libre.

11 de octubre de 2010

Bicentenario y memoria veracruzana II

Caminando sobre la reflexión de nuestra memoria y lo que ha ocurrido en este Bicentenario, Celia del Palacio responde y continúa el hilo del pensamiento iniciado en el post anterior.

Celia es Doctora en Historia, escritora e investigadora, actualmente coordina el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación de la Universidad Veracruzana. Es autora de los poemarios Espirales. El Mimeógrafo del Fauno, Otra Bugambilia en la Ventana y Manantial de Arena. Su novela histórica Leona, publicada este año y centrada en la figura de Leona Vicario, fue magníficamente recibida por la crítica.

Agradecemos a Celia su texto, mirada sentida de una mujer que piensa desde los diferentes frentes que le toca vivir. Esperamos que no sea la última vez que engalana esta página con sus letras.

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Los festejos del bicentenario encontraron al gobierno de Veracruz con las arcas vacías tras los gastos de campaña que devoraron la mayor parte del presupuesto. Y si consideramos que el huracán Karl hizo su aparición en tierras veracruzanas el 17 de septiembre, no se puede esperar que hubiera fondos para prolongar los festejos más allá de la noche del grito.

Si, por otra parte, uno se lanza a la búsqueda rápida en internet de las actividades llevadas a cabo en torno al Bicentenario en Veracruz, las primeras entradas que uno encuentra en google son las siguientes: la “Regata Bicentenario” (junio), el “Carnaval Bicentenario” (febrero), y el video “Veracruz, una estrella más del Bicentenario” en youtube. Ejemplos todos ellos de la superficialidad y la espectacularización que privaron en general en los festejos.

Habrá que buscar más a fondo. Y si uno persiste, encontrará las actividades que ha llevado a cabo la Universidad Veracruzana a través del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales desde hace varios meses. Se trata de las mesas de reflexión en torno al Centenario y Bicentenario, en los campi de Boca del Río, Ixtaczoquitlán, Coatzacoalcos-Minatitlán y Poza Rica-Tuxpan en torno a temas como derechos laborales y acción sindical; reforma agraria y movimientos campesinos; democracia y ciudadanía; partidos y elecciones, así como educación.

Por otro lado, la revista emblemática de la Universidad Veracruzana, La Palabra y el Hombre, dedicó sus cuatro números del año 2010 a tratar algunos temas relacionados con el Bicentenario, en artículos como los siguientes: “La vida ficcional y real de Leona Vicario”; “La libertad y los Centenarios”; “Revolución y resistencia a la revolución en Los de abajo de Mariano Azuela”; “Selección de romances de la Independencia”.

Pero como ocurrió a nivel nacional, si algo bueno han tenido las celebraciones bicentenarias ha sido el saldo bibliográfico. La Editorial de la Universidad sacó a la luz la colección Centenarios en donde figuran títulos como los siguientes: Santa Anna de Will Fowler; Las caras del águila, de Ivana Frasquet; El teatro de la guerra de Juan Ortiz Escamilla y como parte de la Biblioteca del Universitario, la Nueva historia mínima de México, coordinada por Fernando Escalante Gonzalbo.

Los Atlas del patrimonio natural, histórico y cultural de Veracruz coordinados por Juan Ortiz Escamilla y Enrique Florescano, así como el maravilloso libro de fotografías Veracruz mar de arena, de Patricia Moreno Casasola y Gerardo Sánchez Vigil, así como Creadores Veracruzanos, Personajes Populares de Veracruz y Veracruzanos en la Independencia y la Revolución, son algunos de los productos bibliográficos de la Comisión Estatal de los Bicentenarios, todos ellos dignos de consultarse.

Por su parte, el IVEC en colaboración con CONACULTA, también sacó a la luz una colección Bicentenario-Centenario 2010, aunque esta no presenta los resultados de investigaciones o reflexiones históricas, sino que se da espacio a la creación literaria de los jóvenes veracruzanos, cosa de no poco valor.

La Feria Internacional del Libro Universitario que finalizó hace un par de días, también dedicó su Foro Internacional a la reflexión sobre el Centenario y Bicentenario con el título “Los centenarios a debate” en diez mesas con los temas siguientes: 1)Los centenarios a debate; 2) Imaginarios colectivos sobre el Estado y la Nación; 3) Justicia; 4)Derechos Políticos; 5) Género; Libre empresa e inversión extranjera; 6)Mundo del Trabajo; 7)Diversidad y Multiculturalismo; 9)Libertad de culto; 10) Opinión pública. De manera más modesta pero no menos importante, el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación dedicó sus Jornadas a la reflexión sobre temas como independencia, territorio, memoria y nación.

¿Podría haberse hecho más? Seguramente. ¿De otra o de mejor manera? También. Sin embargo lo que más me preocupa es que estas acciones se conozcan poco y que no se tomen como marco para la reflexión pública. Me preocupa que los beneficiarios de estos esfuerzos sean sólo los asistentes a esos eventos y los potenciales compradores de los libros.

Y me pregunto: ¿Qué ha sido la celebración del Bicentenario en Veracruz? El Bicentenario en Veracruz ha sido un gobernador desencajado y pálido dando el grito desde su palacio rojo; miles de personas que lo perdieron todo debido a la incompetencia y corrupción de un estado que permitió a los desarrolladores construir en lugares vulnerables y que nunca se planteó la limpieza y conservación de canales de aguas negras; la ayuda que no acaba de llegar; la desconfianza y la desesperación… El Bicentenario en este estado ha sido también el clientelismo y la corrupción, la opinión pública silenciada y el presupuesto inexistente para las instituciones de cultura.

El Bicentenario en Veracruz ha sido doña Nieves que se mantiene apenas de hacer y vender artesanías de café en Xico, corriendo para alcanzar las láminas de su cocina de humo que voló el viento. También ha sido su sobrino que vive de hacer pan tradicional y que espera entre la vida y la muerte en el hospital público que alguien autorice el crédito para su operación de un aneurisma en el cerebro. Para ellos no hay seguro popular, seguro social ni seguridad alguna.

El Bicentenario ha sido la casa de don Fayo Figueroa inundada en Tlacotalpan, en donde estaban pernoctando hasta hace poco cinco serpientes de agua. Ha sido también la artesana que se quema los ojos hasta la madrugada fabricando maravillas de palma y de chaquira que luego vende para sobrevivir. Han sido los cocodrilos prófugos y los miles de gatos sin dueño, han sido las gallinas llevadas hasta el mar por la corriente y las mujeres que nadan como sirenas preservando su exiguo patrimonio.

Ha sido también el conjunto de periodistas que hacen su trabajo en condiciones precarias y riesgosas y que callan lo que haya que callar con tal de seguir vivos; los músicos de Sotavento que para tocar el son tuvieron que comprar una jaranita vieja y parcharla con dedicación; don Francisco el artesano que me miraba desde sus noventa años sentado en una banqueta del centro al tratar de convencerme de que me llevara su cohetero de palma por cien pesos; los estudiantes que no pudieron asistir a los foros porque no tenían para el camión…

Para ellos no hay festejo. Para ellos no hay un nosotros, sino un ustedes y un yo que no acaban de encontrar un lugar de reunión. Y yo, desde mi estudio donde alcanzo a mirar el Pico y el Cofre, miro con culpa la jarana nueva que no sé tocar y juro que no sé qué se celebra, más allá de la sorpresa de estar viva, tener casa, tener algo qué comer, tener posibilidad de comprar libros y asistir a los foros de reflexión. Todo eso a estas alturas es un lujo casi absurdo y una responsabilidad.

¿Qué me toca? Usar la palabra para contribuir a la creación de la memoria y asegurarme de que no queden fuera esas personas con nombre y apellido que no tienen la más mínima idea de que forman parte de un “nosotros”, y que de lo único que están seguros, es que este año no tuvieron nada qué festejar.

4 de octubre de 2010

Intermedio


Esta semana subimos la información del III Coloquio Internacional sobre las Artes Escénicas Hibridaciones trans-escénicas: confluencias del teatro con otras artes conviviales, a realizarse los días 4 y 5 de octubre de 2010 en la Galería de Artes Plásticas de la Unidad de Artes de la Universidad Veracruzana, Belisario Domínguez 25, Centro, Xalapa, Veracruz.

Citando el boletín de prensa: El III Coloquio sobre las Artes Escénicas será un foro para debatir las influencias, confluencias e hibridaciones que desde por lo menos el siglo XIX hasta la actualidad ha tenido el teatro con otras artes escénicas como la danza, la ópera, la música, el circo, el cabaret, la carpa y el performance, entre otras. Nos interesa particularmente cómo se re-define el teatro frente a y en relación con otras artes “conviviales”, es decir, aquellas artes que implican la co-presencia viva de ejecutantes y público. ¿Qué estrategias de análisis podemos emplear para abordar fenómenos escénicos inter y transdisciplinarios? ¿cómo se redibujan actualmente las fronteras de las artes escénicas? ¿cuáles son los límites del arte específicamente teatral? ¿tiene sentido seguir hablando de “teatro”, o en la era posdramática es necesario encontrar otros términos para describir fenómenos cambiantes? ¿cómo nos ayuda el abordaje comparativo intercultural, por ejemplo, con las artes escénicas de Asia, para analizar las hibridaciones actuales?


La Mtra. Sangeeta Isvaran, invitada de la India, dictará la conferencia magistral “Si el cuerpo fuera todo ojos”, el martes 5 de octubre a las 19:00 hrs.

Aprovechamos para recordar la lista de objetos a donar y de los centros de acopio que publicamos en nuestro post del 12 de septiembre pasado. Las aguas siguen anegando gran parte de nuestro Estado y el número de damnificados se multiplica. Más allá de las despensas escondidas, de los letreros anunciando obras a nombre de funcionarios hechas con aportaciones civiles, y de todo gesto del oportunismo político, la necesidad sigue manifestándose. Ya llegará el momento de la rendición de cuentas, ahora se requiere de la solidaridad. Por favor, ayudemos.

27 de septiembre de 2010

Bicentenario y memoria veracruzana

Ante un contexto como el presente, ¿qué festejamos al decir "independencia"?, ¿cómo nos pensamos revolucionarios? Desde Veracruz, ¿qué celebramos?

Ishtar Cardona escribe un texto personalísimo en el que señala que la memoria de lo que somos se encuentra en constante construcción. No se trata de festejar lo que pasó, sino lo que podemos hacer que pase.

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Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras… Y tanto.

La construcción de nuestra pertenencia nacional y regional, los cantos a la Patria, la idea del amor al terruño: todo llamado a escena ahora que se festejan los siglos pasados sobre México, independiente, revolucionario, crecido en Estado Nación.

En Veracruz, como en tantos otros rincones de este suelo compartido, se reprodujeron los debates, las expectativas y los desencuentros que acompañaron el proceso del festejo. La creación de comisiones, la adecuación del calendario ordinario de festejos, el acoplamiento de los programas de actividades institucionales, las premiaciones, las publicaciones, todo ello se reprodujo en nuestro Estado a escala ajustada.

Y como sucedió en el resto del país, a la puesta en escena de esta primera parte de la celebración –nos queda por asistir al segundo y Revolucionario acto- le siguió la resaca. Y los cuestionamientos.

No quiero aquí caer en la reseña de la polarización que generaron las fiestas. Me basta decir que esta brecha se constituyó en acantilado que separó por un lado a quienes consideran deber patriótico agitar la bandera y tararear acríticamente al son de los desfiles, y por otro a aquellos que sintieron se escapó una oportunidad para preguntarnos, por más doloroso que esto resulte, cómo pueden caber en el mismo saco el orgullo de ser quiénes somos y la crítica a lo que también nos cruza y de a poco nos mata, cómo metemos en el mismo cajón de nuestra mexicanidad –y nuestra veracruzanidad- la creatividad y el desencanto, la música y la corrupción, la solidaridad y la violencia: cómo conciliamos nuestros extremos de demonios y maravillas. Y en estas puntas del acantilado no cuento a quienes sintieron que el contexto solamente les provocaba una punzada de vacío, un sinsentido que no se llenaba ni con pirotecnia ni con tablas gimnásticas. O a aquellos a quienes la frustración poco a poco se les va convirtiendo en rabia estéril sin respuesta.

Personalmente me coloco entre la perplejidad y la reflexión. Me sorprende que nos preguntemos tan poco cómo le hicimos para llegar donde estamos, para bien o para mal. Cómo nos hemos edificado, cómo apuntalamos vicios y cómo armamos nuestros propios subterfugios. Y también cómo seguimos dándole a la risa con el horror de frente y cómo nuestra mejor exportación –en los tiempos del mercado global- sigue siendo la imaginación y la memoria vueltos arte.

Creo que nos pensamos poco, y nos pensamos poco en conjunto.

Leo la lista de actividades que el Gobierno del Estado y el Gobierno Federal planearon a través de instituciones y comisiones para celebrarnos, y me queda la sensación de que a las actividades artísticas, culturales, académicas, deportivas de siempre simplemente se les agregó el adjetivo “bicentenario”. Pregunto a amigos y colegas, personas que ya sea por su profesión o por su disposición personal sé constituyen un variopinto público informado, si conocen el programa de los festejos, si estos festejos han tenido un impacto en su percepción, y la respuesta es deshilachada: saben de algunas actividades por sus mismas responsabilidades laborales, pero lo que escapa a su contexto inmediato lo desconocen.

Reviso en internet la lista de actividades por municipio. Aleatoriamente le doy clic a localidades de la Montaña, de la Huasteca, del Istmo. Estamos trabajando en el contenido de esta sección. Visítanos pronto. No sé si es consuelo, pero el mismo mensaje aparece para Veracruz y Xalapa. Leo los proyectos referentes a Patrimonio, Educación y Cultura, Pueblos Indígenas, Obras. Encuentro una lista de trabajos que hasta donde yo sé se encuentran detenidos, o han venido planeándose desde mucho antes de que se incluyera el Bicentenario en los planes de gobierno. Trabajos que deberían de ser obras regulares y no extraordinarias, y otros que deberían pensarse a largo plazo, proyectos de carácter transexenal. Reviso las bases de concursos enmarcados en los festejos. Me parecen poco claras al convocar tanto a ciudadanos de a pie como a instituciones que, me digo, deberían de tener un presupuesto asignado para desarrollar proyectos referentes a homenajear Independencia y Revolución. Y al mismo tiempo me digo que las mismas instituciones tienen que pelear los dineros para tratar de hacer algo, sobre todo tratándose de proyectos culturales.

Le doy una vuelta a los periódicos y me encuentro con reclamos porque esos dineros no llegaron a tiempo, Gritos deslucidos, festejos desalentados.

No se me malinterprete. No quiero tampoco hacer un listado plañidero. Pero quiero ver las cosas de frente. Quiero vernos. Creo que no nos hemos dado el tiempo suficiente para tomarnos una verdadera foto de familia. Vernos en conjunto, hablar de nuestros problemas, pero hablar de verdad. Si nos pensamos veracruzanos, saber que en ese paquete también están incluidos el camionero de Poza Rica y la tejedora de Cosoleacaque, el vendedor de cerveza de Tierra Blanca y el estudiante de Xalapa, la chava que sueña con salir en la sección de sociales del Puerto y el profesor de la telesecundaria en Tantoco, el boqueño que se fue a Los Ángeles y la señora que le regala lonches a los migrantes que pasan por Orizaba.

La memoria no es la que se contiene en los guiones hechos a la carrera para los desfiles y los discursos. La memoria no estuvo en festejos fallidos. Me parece que la memoria está en construcción, y la estamos construyendo ahorita. Entre todos. Y esa memoria dará cuenta de cómo, en un año de celebraciones, aquellos que se autollaman veracruzanos respondieron al desastre, a la pérdida de sus casas y propiedades o al pedido de ayuda de sus paisanos. La memoria dará cuenta de cómo nos narramos lo que sucedió, cómo nos contamos esa historia y en qué terminó el asunto. Si entre la fiesta y la desgracia la conciencia sintió que la llamaban y decidimos, por fin, saber quiénes somos. Decidir qué festejamos y cómo.

Tenemos cosas, y tantas, que de ello hablarían las piedras. Pero primero tenemos que hablarlo entre nosotros.

20 de septiembre de 2010

Intermedio


Décimas del Bicentenario. Grabación de Antonio Castro García realizada en Citlaltépec, en la Huasteca Veracruzana. El poeta Arturo Castillo Tristán declama décimas de su autoría acompañado por Lázaro López al violín.
http://www.culturatradicional.org/tierra/

Aprovechando este Intermedio, volvemos a señalar la importancia de ayudar donando para aliviar -aunque sea poco- la situación de los veracruzanos a los que, además de la contingencia de semanas anteriores, les cayó encima el huracán Karl: las zonas conurbadas del Puerto de Veracruz y sus municipios vecinos se encuentran en estado de emergencia debido al desborde de los ríos Cotaxtla, Jamapa y La Antigua.
La lista de los centros de acopio puede ser consultada en el Intermedio del 12 de septiembre pasado.

PRÓXIMO POST: Lunes 27 de septiembre.

13 de septiembre de 2010

La Festivalización de la Cultura: ¿Evolución o Involución?

Continuando con el diálogo sobre el estado de salud de los festivales culturales en Veracruz, Cándido Hernández contesta el texto de Christian Rinaudo y nos ofrece su mirada en tanto que músico participante en muchos de estos festivales, una mirada desde adentro y que es consciente de lo que dichos festivales significan para las ganancias de los músicos que en ellos se presentan.

Cándido es músico percusionista especializado en el estudio y ejecución de la percusión latina y étnica afrocaribeña. Ha estudiado con maestros nacionales, en Cuba y en África. Ha dirigido los grupos Combo Yambumba y Matombe, y ha colaborado con la Orquesta de Música Popular de la Universidad Veracruzana, la Orquesta Sinfónica de Xalapa y el grupo Los Cojolites entre otros.

Gracias, Cándido. Los mismos creadores son los que primero deben opinar sobre lo que ocurre con sus condiciones de trabajo y su campo de creación.

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Los festivales de Veracruz que cuentan con importante participación estatal como el Afrocaribeño, la Cumbre Tajín o el Carnaval tienen ya una presencia importante en el movimiento cultural del Estado. Sin embargo, las formas en que estos se han realizado y como se han modificado a lo largo del tiempo, nos hablan de cambios importantes que han sufrido desde su creación.

Es posible recordar el Carnaval de Veracruz de hace años con sus batucadas brasileñas y comparsas de cientos de gente bailando por el gusto de participar. Ahora escasamente persiste una comparsa de la vieja guardia: el Carnaval consiste principalmente en un desfile de camiones de Coca-Cola, Peñafiel, Marlboro y varias marcas de cerveza, lo cual ha erosionado el sentido popular y distorsionado la razón de ser de este evento.

Hablando de la evolución o degradación de los festivales veracruzanos, viene a la mente -por su franco declive a través de los años- el Festival Afrocaribeño que en su primera edición, en 1994, convocó a grupos del Caribe, Centro y Sudamérica con propuestas auténticas de música tradicional, de origen e influencia negros. Esta edición tuvo el apoyo federal de CONACULTA, así como la fuerte participación del gobierno del Estado. Durante sus primeras ediciones, los diversos grupos que se presentaron dejaron una experiencia de música y cultura auténticas; lejos del ámbito comercial y mediático que ahora suele tener este festival.

Sobre este festival, quisiera mencionar un evento ocurrido en la edición del año 2000 en Xalapa, el cual me parece influyó en el cambio de ruta del festival. En esa ocasión, un grupo de Santiago de Cuba sacrificó una gallina en el escenario de los Lagos, lo que conmocionó a los asistentes del evento y fue un suceso bien conocido en la ciudad, provocando que algunos grupos de padres de familia reclamaran públicamente lo ahí acontecido. Cabe mencionar que en los ritos afrocubanos que tienen que ver no sólo con su música y danza sino con su religión existen los sacrificios de animales, sin que esto fuese nunca frente a una audiencia o en un escenario, siempre en privado y dirigido por sus babalawos y santeros mayores.

No sabemos cuál fue la razón por la cual este grupo incluyó en su presentación el sacrificio cuando en Cuba mismo no sucede así. Sin embargo y a mi parecer, el incidente narrado anteriormente marcó un cambio radical en la programación de los años subsecuentes, pues en lugar de invitar a grupos de música tradicional ahora invitan orquestas de salsa de corte más comercial, como Willy Colón y Wilfrido Vargas, con lo cual este festival se aleja de las expresiones iniciales con las que este concepto inició.

La Cumbre Tajín es otro festival que ha modificado su ruta ampliamente y se ha convertido en un escenario de todo tipo de propuestas musicales que poco o nada tienen que ver con la cultura local, la cultura veracruzana o las expresiones vernáculas.

Sumado a lo anterior hay que considerar la notable disminución en el presupuesto cultural del Estado que se ha presentado durante los últimos años, lo cual ha resultado en la debilidad del festival frente a otros intereses, sean estos políticos o comerciales, los cuales han colocado en términos generales a los festivales en la disyuntiva de ser usados notablemente o desaparecer.

Sabemos, quienes nos dedicamos a las artes, que en los últimos años los festivales que realmente se preocupan por educar o difundir la cultura se realizan de manera independiente, muchas veces organizados por los mismos artistas. Puedo mencionar ejemplos como Raíces, Arte y Vida y los encuentros de Jaraneros del Sur del Estado en Playa Vicente o la Sierra de Soteapan. Estos eventos se realizan sin ningún apoyo institucional, ya que dichos apoyos tienen cada vez más condiciones políticas a la cuales no quieren someterse la mayoría de los artistas-organizadores. Esto pese a la difícil situación económica en la que generalmente se encuentran y a la falta de apoyo para las propuestas auténticas que de todos modos les cerrarían las puertas ante el financiamiento estatal.

La solución sería pues lograr que los festivales se independicen de la política, ya que las propuestas artísticas de calidad existen y están esperando una mayor difusión; sin olvidar que una de las funciones del arte y la cultura consiste en ser un termómetro y un catalizador de la situación social de una nación, puesto que las expresiones surgidas del consenso resultan auténticas, libres y honestas muestras de una parte de la sociedad.

12 de septiembre de 2010

Intermedio (de emergencia)


Los portales del zócalo de Tlacotalpan anegados (Foto: European Pressphoto Agency)


Inundación de la serie "La jarana de Mario". Grabado de Alec Dempster (serie de hace algunos años e imagen que publicamos en abril del 2009 en este blog: la cosa se repite)

Este post es un llamado a ayudar a las personas damnificadas a causa de las recientes lluvias e inundaciones que han afectado los estados de Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Veracruz.

Somos conscientes de que la donación no es más que un paliativo, que el desastre se construye históricamente, y que mientras no seamos vigilantes del uso de los recursos que deberían ser destinados a la mejora de la infraestructura hidráulica (y de todo tipo), este tipo de situaciones seguirán ocurriendo. No podemos permitir que la caridad sustituya a la responsabilidad gubernamental (y social).

Sabemos asimismo que donar se ha tornado un trabajo de Sísifo: apenas donamos para aliviar una tragedia, ya nos atropelló una nueva solicitud de ayuda. Ahora se trata de Veracruz y hermanos que lo acompañan. Con todo y lo anterior, creemos también que ante ciertos vacíos institucionales, la acción civil organizada puede ayudar a que los afectados atraviesen este momento con un poquito más de comodidad. Hagamos un esfuerzo, por simpatía, por gratitud, porque sí... Porque el lazo horizontal entre ciudadanos puede devenir toma de conciencia cívica.

Por eso apelamos a la solidaridad de nuestros lectores. Donen. Ha llegado muy poquita ayuda a los centros de acopio. La lista de alimentos y productos de higiene que se solicitan es la siguiente:

Agua embotellada, Latas de Atún o Sardina, Sopa de pasta, Consomé en polvo, Frijol en lata o en granos, Lentejas, Arroz, Verduras enlatadas, Chiles enlatados, Puré de tomate, Aceite, Azúcar, Café soluble, Sal, Mermelada, Mayonesa, Pañales para bebé, Toallas femeninas, Papel higiénico, Medicamentos no caducos, Cobijas.

Incluimos una lista somera de puntos donde puede ser depositada la ayuda:
La Cruz Roja en todo el país está recibiendo donaciones a través de sus delegaciones y mediante la cuenta bancaria Bancomer número 0404040406 Sucursal 683.

En Veracruz, se reciben despensas en el DIF de Xalapa, y en todos los campus de la Universidad Veracruzana.

El grupo Estanzuela de Tlacotalpan está vendiendo de una grabación inédita para apoyar a los damnificados de su ciudad. La solicitud de compra se realiza en http://www.grupoestanzuela.com/es/

En el Distrito Federal se reciben las donaciones en la sede nacional de la Cruz Roja Mexicana, Juan Luis Vives no. 200, colonia Polanco.

En el Centro Cultural y Social Veracruzano A.C., Miguel Ángel de Quevedo no. 687, colonia Cuadrante de San Francisco, Coyoacán.

En la Representación del Estado de Veracruz, Marsella no. 77, colonia Juárez, entre Havre y Niza, a dos calles de la Glorieta del metro Insurgentes (abierto las 24 horas).

En la sede de la Secretaría de Protección Civil, ubicada en Avenida Patriotismo no. 671, colonia San Juan.

En la Dirección General de Emergencias Mayores, situada en Avenida Periférico Sur 2769, colonia San Jerónimo Lídice.

Éntrenle a ayudar. A muchos soneros, artesanos y pensadores jarochos -entre otros muchos damnificados- les tocará algo de la ayuda que mandemos todos.

6 de septiembre de 2010

Intermedio


(Diálogo entre Memo Salamanca -ya también fallecido- y Andrés Alfonso. Corte del documental Grandes de Tlacotalpan. Entre décimas y sones producido y distribuido por Ediciones Pentagrama, México 2007)

El pasado lunes 30 de agosto falleció en el Puerto de Veracruz el arpista Andrés Alfonso. Nacido en 1922 en Tlacotalpan, Andrés Alfonso Vergara resulta una figura esencial para entender el desarrollo del son jarocho a lo largo del siglo pasado.

Músico de la época de folklorización del son, desde su llegada a la Ciudad de México en 1943 participa en varios conjuntos como Los Cardenales, El Conjunto Tlacotalpan, El Conjunto Tierra Blanca, Los Costeños y el Conjunto Medellín. Participa en la campaña presidencial de Miguel Alemán, y se le atribuye el arreglo y popularización de la Bamba como emblema sonoro de dicha campaña, así como la modificación del arpa jarocha; de la antigua, pequeña y de registro corto, a la grande, de registro amplio y que se toca de pie.

Andrés Alfonso acompañó a interpretes de la Época de Oro del cine nacional, participó como músico de cuadro en algunos de los primeros programas de la televisión mexicana, fue arpista del conjunto musical del Ballet de Amalia Hernández, funge como arpista oficial de algunas administraciones municipales del Estado y finalmente se dedica a la enseñanza. También participa de la reactivación del son jarocho tradicional iniciada a principios de los años ochenta y junto con el Grupo Mono Blanco graba el disco Soneros Jarochos en 1990. Otro disco en el que se puede apreciar la calidad musical de Don Andrés es Folklore Mexicano, Vol.II, Antología del Son Jarocho (Grabación y notas de Raúl Hellmer, Discos Musart, ca. 1958 -aunque se dice que las grabaciones en realidad datan de 1963), del cual reproducimos aquí El Fandanguito, con voz y arpa de Andrés Alfonso acompañado por Julián Cruz Figueroa en la respuesta y la jarana tercera.
Descanse en paz Don Andrés Alfonso.

29 de agosto de 2010

La festivalización de la cultura: una visión desde la ciudad de Veracruz

Desde la fundación del Observatorio, ha sido de nuestro interés el reflexionar sobre la promoción cultural operada desde las instituciones, por lo que en relación al Estado y su visión de lo que debe de ser la cultura significa. El tema de los festivales en Veracruz no es inédito en el Observatorio, pero en esta ocasión Christian Rinaudo pone el énfasis en la festivalización como fenómeno de marketing político.
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Desde hace más de cincuenta años, los grandes festivales populares forman parte de la producción y de la oferta cultural de los países industrializados. Cuando en 1947 Jean Vilar organiza el primer Festival de Avignon, en el sur de Francia, la idea era conquistar un público joven, nuevo, atento, y proponer un teatro distinto a los que se realizaban en el París de aquel entonces. Sucedió lo mismo en el mundo de la música con la creación del Festival de Aix-en-Provence en 1948, y en México con los inicios del Festival Internacional Cervantino en 1972.

Así, en sus principios los festivales fueron marcados por las ideas de la educación popular descentralizada, de la patrimonialización de los espacios de cultura y de la atracción de las ciudades organizadoras: constituían proyectos de formación de un público que no tenía la posibilidad de acceder a una educación de gran calidad a través del fomento de la enseñanza cultural (música, teatro, danza, cine…); a la vez que contribuyeron al rescate y a la puesta en escena de un gran número de plazas públicas, patios, iglesias, conventos, centros históricos en adelante asociados a la cultura y en algunos de los casos reconocidos como patrimonio mundial de la humanidad (en México se puede mencionar el Festival de México en el Centro Histórico iniciado en 1985 o el Festival Internacional de Morelia fundado en 1989); por fin, cada vez más, la creación de festivales internacionales son impulsados por las administraciones locales dado que contribuyen a crear un conjunto de imágenes para promocionar a los estados y municipios anfitriones (1).

Resulta notable que al interior de las políticas culturales, con la transformación de la cultura vista en un principio como “cultura-educación”, los festivales, cada vez más numerosos, se han convertido en un instrumento de diversión y de distracción, y por consiguiente en una “cultura-espectáculo”, lo cual fue señalado por numerosos analistas como una tendencia general de la evolución de las políticas públicas en las democracias neoliberales, en nombre de la democratización cultural.

En la ciudad de Veracruz, la creación de festivales fue una de las herramientas usadas por las administraciones estatales y municipales para poner en marcha una política cultural descentralizada. A finales de los años ochenta, con la creación del Instituto Veracruzano de la Cultura, la reflexión académica sobre el Caribe y su herencia africana (2) dio lugar a la creación del Festival Internacional Afrocaribeño en 1994, luego a la organización del Festival de Son Montuno entre 1996 y 2001, y a la fundación del Festival Internacional Agustín Lara en 1999 con sede en Xalapa, Tlacotalpan y Veracruz. Junto con estos festivales se organizaron otros eventos tales como cursos de danza y percusiones afrocubanas, talleres de salsa, son y danzón, mesas redondas, conferencias, conciertos y exposiciones.

Diseñado como un espacio de encuentro entre intelectuales y artistas, entre reflexiones académicas y manifestaciones populares, el Festival Internacional Afrocaribeño fue, en un principio, fomentado como “una de las promesas ‘festivaleras’ del país” (3); pero en poco tiempo se volvió rutina, los promotores culturales se desmotivaron pues no eran más que ejecutores de decisiones dictadas por el poder político. A tal punto que en el 2007, las personas encargadas de la programación y de la difusión del festival no supieron sino hasta el último momento que éste no se llevaría a cabo. También a tal punto que en el 2008, aunque este festival parecía estar definitivamente enterrado, la decisión de “resucitarlo” llegó, y en menos de tres semanas se improvisó un programa y se contrataron grupos.

A lo anterior, le podemos añadir otros dos aspectos para comprender la evolución de la política festivalera. El primero es el que consiste en concebir la cultura como un instrumento de marketing turístico y que se inscribe en una visión de la cultura como entretenimiento. Desde este punto de vista, los festivales ocupan un lugar cada vez más importante en las políticas culturales —en este se puede hablar de festivalización de la cultura—, tanto a nivel nacional como local. Con esto, se cumple, entre otros, con el objetivo de propiciar el gozo y la recreación de los espectadores (4), bajo la condición de que su programación no sea demasiado fina y profunda, permitiendo así “jalar” a numerosos visitantes.

El segundo elemento consiste en hacer de la cultura un instrumento de marketing político. En este sentido, el público al cual se dirigen los festivales no es tanto al turista (con el gran pesar de restauranteros y hoteleros de la ciudad) (5), sino más bien al elector atraído por los grandes espectáculos de entretenimiento completamente gratuitos y completamente pintados con los colores del partido en el poder. Por ejemplo, el verano del 2008, fue particularmente rico en espectáculos de entretenimiento gratuitos y en marketing político: primero con el Festival Afrocaribeño, organizado del 10 al 15 de junio, con carteles gigantes en la ciudad y un escenario monumental en la macroplaza del Malecón con su fondo rojo; luego el Primer Festival Cultural, Gastronómico y Musical BocaFest 2008, del 4 al 27 de julio en Boca del Río, con carteles y escenarios azules; y a manera de contrarrestar éste último, se organiza unos días más tarde en Veracruz, el Primer Festival Cultura, Fiesta y Tradición 2008 VeraVer, del 31 de julio al 2 de agosto de 2008 (y nuevamente carteles y escenarios gigantes con su fondo rojo). Como bien lo señalaba un periodista: “Los festivales culturales veracruzanos no son aptos para daltónicos” (6). Y la selección de la programación depende menos de la coherencia de un proyecto cultural que de la diversidad sociológica de los electores a quien se dirige: reguetón para los jóvenes, danzón para los viejos, son jarocho para el folclor local, chunchaca para todos… y “lo afro” para el exotismo.

Como lo hemos señalado, esta festivalización de la cultura no es lo propio de Veracruz, lo que le corresponde, y forma parte de la transformación de las políticas culturales en la globalización neoliberal. Sin embargo, no es tan utópico pensar que los grandes festivales tendrían que ser más independientes de las administraciones políticas, y más dispuestos a proponer una educación popular de calidad capaz de conquistar nuevos públicos exigentes y críticos, así como de fomentar nuevas corrientes artísticas.

(1)Véase el post del 14 de enero de 2008: Políticas culturales o marketing territorial y político desde la cultura.
(2)Véase el post del 29 de marzo de 2010: Música popular, africanidad y Caribe.
(3)Ver el post del 30 de junio de 2008: La promoción cultural en Veracruz. El Afrocaribeño.
(4)Ver el post del 31 de diciembre de 2007: El peso excesivo de la difusión artística en las políticas culturales.
(5)Así, al momento de la decisión de “resucitar” el Festival Afrocaribeño en junio del 2008, restauranteros y hoteleros de la ciudad señalaron en la prensa que este tipo de eventos sin ninguna continuidad ni calendario preciso e improvisado en el último minuto, no sirve de nada al desarrollo del turismo en Veracruz (Notiver, 13 de junio del 2008).
(6)Sergio Raúl López, “Veracruz vs Boca. Del Afrocaribeño al BocaFest”, Performance, 4 de agosto de 2008.

23 de agosto de 2010

Intermedio









Imágenes de la exposición ¡Vamos a Puerto! Algunos aspectos de nuestra cultura popular, fotografías de Lorena Pino, antropóloga egresada de la Universidad Veracruzana. Investigadora, educadora y promotora de la cultura popular, ha participado en numerosos foros y encuentros locales.

El texto curatorial de la exposición dice: "La fotografía posibilita el registro de lugares, tradiciones, alimentos, edificaciones, modos de ser y de hacer, que diferentes grupos al establecerse en Coatzacoalcos -en algún momento denominada Puerto México- trajeron consigo desde sus lugares de origen.

"A partir del encuentro de estas manifestaciones populares en un espacio común, el de la ciudad en crecimiento; los grupos migrantes construyeron nuevos modos de relacionarse culturalmente. Con el tiempo, algunas de estas expresiones adquirieron importancia y se han vuelto parte de nuestro Patrimonio Cultural local. Sin embargo, por su origen social han ocupado un lugar subvalorado y es así que, aunque están presentes por todos lados, casi siempre parecen invisibles.

"Lo popular tiene que ver con una condición subordinada, cuenta con sus propias manos y saberes aprendidos a través de la experiencia; produce lo que va a consumir y favorece el encuentro colectivo; por ejemplo: Una procesión religiosa, alegres fiestas familiares o un día de playa durante la Semana Santa con la familia o los amigos. Asimismo, lo tradicional ya no es el componente mayoritario de las culturas populares hoy día, pero las nutre y anima dándoles nuevos sentidos al coexistir y ser reelaboradas con el consumo cultural comercial. De modo que no hay una sola manera de ser popular, sino muchas."

La exposición fue inaugurada el 16 de Julio de 2010 y permanecerá abierta hasta el 31de agosto en el Art Café Alemán (Hidalgo 423, Centro) de la ciudad de Coatzacoalcos. El espacio abre de 12 a 24 hrs. de lunes a sábado. Los domingos no abre.

16 de agosto de 2010

Propuestas para fomentar el amor por la lectura, la escritura y la divulgación científica

Cerrando nuestra dupla dedicada a la lectura, Alicia Soto Palomino, docente, promotora y autora pedagógica, escribe sobre las estrategias locales que la Red Independiente de Promotores de Lectura de Veracruz ha establecido para fomentar la lectura y la educación reflexiva en nuestro Estado.
Alicia es miembro de número de la Academia Mexicana de la Educación y escribe constantemente en el Diario de Xalapa. Los miembros del Observatorio le agradecemos su participación en este espacio.

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Como coordinadora de la Red Independiente de Promotores de Lectura de Veracruz he realizado actividades enfocadas al fomento de la lectura y escritura lúdica y placentera, utilizando para ello, principalmente, los textos literarios. Desde hace cuatro años he incluido actividades relacionadas con el fomento de la divulgación científica, participando con diversas instituciones como son COVECYT, Universidad Veracruzana, IVEC, CONACULTA y la Dirección General de Telebachillerato. En ese marco, hace seis años participé como asistente en el proyecto de divulgación científica para niños titulado ¿Quieres saber?, coordinado por el Licenciado Adalberto Fox Rivera y un grupo de jóvenes que cursaban diversas carreras universitarias, apoyados por investigadores nacionales de todas las áreas.

Desde hace dos años que se formó esta red me he dedicado a impartir talleres a docentes y alumnos de diversos niveles educativos, y en conjunción con las instituciones antes mencionadas hemos tratado de compartir el amor y la pasión por la lectura, escritura y la divulgación científica a través de diversas manifestaciones artísticas como la pintura, la danza, el teatro y el canto, a la vez que se han recuperado las experiencias de los asistentes a los cursos en algunas crónicas y material virtual.

Los niños que asistieron a esos talleres se enamoraron de la ciencia y por ello han decidido estudiar carreras dedicadas a estas disciplinas (mis hijas son ejemplo de ello). Es por esto que hablo de mi experiencia y de la necesidad de fomentar el amor por la ciencia a través de talleres lúdicos y prácticos al mismo tiempo, que permitan acrecentar la investigación, la actitud crítica y reflexiva que en verdad conduce al cambio de nuestro entorno y de la sociedad en general.

Necesitamos ser cada vez más autónomos e independientes de los mecanismos y estructuras extranjeras, debemos producir nuestras herramientas y maquinarias, pero eso sólo se logrará si invertimos tiempo, capacitación y formación de calidad en nuestros hijos y alumnos. El desarrollo científico y tecnológico es un compromiso que los adultos no logramos alcanzar con eficacia, pero nuestros hijos cuentan con el apoyo y la experiencia de nosotros para lograrlo.

Somos un grupo de docentes comprometidos con el presente y con la juventud y por ello estamos planteando un taller permanente para la formación de capacidades expresivas y tecnológicas que permitirán a los alumnos extender su amor por la lectura, escritura y la divulgación científica. En el mes de octubre se realiza las semana de la ciencia y tecnología y ya estamos pensando en participar con algunos talleres y actividades que acerquen a los pequeños a la ciencia.

Necesitamos, como sociedad civil, apoyar iniciativas que fortalezcan los valores, tradiciones y enseñanzas que se han ido perdiendo por las influencias de la “modernidad”, la cual no es una antagonista, sino una auxiliar para lograr avances y alcances en todos los rubros del desarrollo social, científico y cultural.

Últimamente nos hemos reunido un grupo de personas en la Casa de la Cultura de Banderilla, y cobijados por la hospitalidad de la maestra Irma Yolanda Hernández Jiménez hemos realizado varios eventos enfocados al rescate de leyendas, historias relacionadas con la Revolución y los personajes famosos que han pasado por Banderilla. Las tertulias se acompañan con comida tradicional, pero es la participación de todos los asistentes, ya sean niños, jóvenes o adultos, lo que nutre el ambiente: todos tenemos algo que contar, algo que compartir, y es tan bello sentir la emoción de contar un relato y ver los rostros interesados en la anécdota, observar las expresiones de susto o asombro que causa en los pequeños es formidable, pues nos damos cuenta que aún siguen vivas las tradiciones. Doña Yola siempre dice: “antes nuestras pláticas estaban relacionada con lo que nos sucedía en las casas, durante la noche y se contaban si alguien había oído ruidos, sentido moverse la cama o los trates”. Ahora ya no se platica ni se sienten esas presencias…

Parecería que la magia se ha quedado dormida, que las tradiciones están agonizando y es por eso que debemos rescatarlas, darles nueva vida, recuperar los momentos gratos para compartir un café, un chocolate o un pan cocinado en horno antiguo.
Para el mes de octubre de 2010 estamos planeando hacer un recorrido histórico a las haciendas cercanas a Banderilla y de esta forma vivenciar el conocimiento de la historia a través de los cronistas del lugar. ¡Qué mejor de manera de aprender la historia que experimentándola y conociendo de labios de expertos los hechos, sucesos y lugares que nos han dado una identidad y una riqueza cultural!

En la actualidad algunos compañeros promotores de lectura que forman parte de la Red se encuentran trabajando en San Andrés Tuxtla impartiendo diplomados sobre la lecto-escritura, otras compañeras en Orizaba realizan actividades con alumnos de bachillerato y para compartir sus conocimientos los llevan a las escuelas de niveles de educación básica. Un compañero que trabajó en Mesa de Calcote trabajó en el rescate del náhuatl a través de las leyendas y hechos históricos de esa región.

Los integrantes de la Red somos personas preocupadas por el presente, y por ello siempre estamos pensando en las formas de rescatar las tradiciones, cultura y riqueza de nuestro Estado, además de impulsar el gusto por la ciencia y la tecnología. Si a alguno de los lectores le interesa unirse a esta aventura, para integrarlo a algunos proyectos les proporciono líneas abajo mis correos.

La promoción de la lectura con jóvenes y por jóvenes es nuestro gran reto; lograr que se interesen en unirse a este proyecto. Cito a Felipe Garrido: “la lectura se contagia y se aprende si es adquirida como un juego”.
Nuestro espacio vital sólo cambiará en la medida en que nosotros podamos intervenir. El futuro será mejor si desde hoy hacemos algo por cambiarlo, y si es de manera lúdica todos nos divertiremos.

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