18 de febrero de 2013

De raíces y fronteras: sonoridades jarochas afromexicanas en Estados Unidos IV

Llegamos a la cuarta entrega del capítulo "De raíces y fronteras: sonoridades jarochas afromexicanas en Estados Unidos" contenido en el libro La migración y sus efectos en la cultura, editado por CONACULTA en su colección Intersecciones y publicado en junio de 2012.

En esta cuarta parte se exploran los ires y venires de los discursos étnicos ligados al son, particularmente la reconstitución y visibilización de su componente afro, así como los proyectos que se han generado en torno a este eje negro. 
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De raíces y fronteras: sonoridades jarochas afromexicanas en Estados Unidos
Ishtar Cardona 

(Cuarta de cinco partes) 


De lo negro a lo blanco, de lo blanco a lo negro 

En el ensayo El “negro” y la negritud en la formación del estereotipo del jarocho durante los siglos XIX y XX, el historiador mexicano Ricardo Pérez Montfort analiza el papel jugado por la narrativa que de los afrodescendientes se creó en los discursos sobre la figura del jarocho en la afirmación de la identidad nacional. En el texto, el autor narra cómo este estereotipo integrado a las estampas típicas de la mexicanidad y devenido embajador simbólico del espíritu veracruzano va perdiendo también en el proceso de folklorización su connotación de marginal, pobre y negro para ser suplida por una imagen blanqueada, uniformada y teatralizada1 

La lógica nacionalista imponía una visión en la que los rasgos de herencia afro solamente eran perceptibles en el buen humor de los costeños, su desfachatez y su proclividad a la fiesta. Todo esto en beneficio de un reflejo mestizo, más blanco que indio, que aparentemente brindaba mayor “dignidad” a las imágenes de lo popular, sustento y legitimación de los regímenes post-revolucionarios. Sin embargo, como consigna el autor, era la marca de la negritud, aún velada bajo los blancos holanes del traje de jarocha, lo que permitía distinguir al jarocho del resto de los estereotipos nacionales.

Durante los años de reapropiación de la memoria jarocha por parte de la generación de “rescate” del son, la herencia ligada al origen africano es tratada de forma problemática. A falta de referentes que abreven de una continuidad discursiva sobre la raíz africana, y en oposición a la negación de la presencia negra en Veracruz -actitud todavía arraigada en buena parte de la población veracruzana- los nuevos soneros buscan en los estudios que académicos y cronistas realizan sobre la presencia africana en México.

Por otra parte, con la creación del Instituto Veracruzano de la Cultura, fundado en 1987 bajo la dirección de la antropóloga Ida Rodríguez Prampolini, se intenta explorar, visibilizar y hacer consciente a la sociedad veracruzana de su triple raíz, la española, la india y la negra a través de una serie de programas como el Festival Internacional Afrocaribeño y los encuentros académicos que regularmente se organizan.

Como explica el sociólogo Christian Rinaudo, 

Uno de los efectos de los veinte años de promoción estatal de la “tercera raíz del mestizaje mexicano” en Veracruz a través de los programas del Instituto Veracruzano de Cultura y de la Universidad Veracruzana, fue la modificación de las representaciones de la “identidad jarocha” y su contribución al paso de un periodo histórico —el de los años treinta-sesenta bien estudiado por Ricardo Pérez Montfort (2007)— caracterizado por la negación de la herencia africana y por los procesos de blanqueamiento de la representación de la identidad local hacia un nuevo periodo en el cual la raíz africana del mestizaje forma parte de la representación de la identidad local. Hoy día, en las campañas de promoción turísticas y culturales tal como en el discurso historiográfico de la ciudad y de la región, se afirma la presencia de un mestizaje particular constituido a partir de tres “raíces”, “pueblos”, “razas”2. 

Ahora bien, en la construcción de los nuevos discursos identitarios los músicos veracruzanos no pueden ligarse de forma automática al marcaje negro: la marca negra en Veracruz aparentemente es menos contundente en la visibilidad de lo cotidiano, las familias no reproducen una memoria afirmativa en lo afro, el color de la piel se ha diluido y es preciso recurrir, como en los años cincuenta, al caracter y a la opción sobre cierto estilo de vida para explicar la filiación con las antiguas comunidades esclavas provenientes del otro lado del mar: 

Pero lo que está en juego aquí, no es el hecho de buscar definirse como “negro” sino la expresión de un modo de vida bohemio inscrito en una larga tradición que se remonta a los ministriles, que se sitúa al margen de la sociedad decente y mantiene una forma de libertad de pensamiento depreciada por los puritanos. Y la representación, en las Noches de callejón, de rasgos físicos, de posturas, gestos y estéticas sacados de los diferentes registros de una cultura negra, es una manera de significar su empatía con este espíritu bohemio que juega con las fronteras de raza y sobre-juega con las relaciones electivas con África y las Américas negras3. 

Pero más allá de meramente reproducir la imágen bohemia y arrabalera ligada al estilo de vida negro-popular, algunos jaraneros exploran las posibilidades que ofrece la identificación con otras culturas que han desarrollado de forma más continua y homogenea su linaje negro. Chuchumbé integra en su disco ¡Caramba niño! de 1999 dos congas, género que algunos cronistas veracruzanos han intentado ligar a la planta tradicional de sones jarochos. Mono Blanco dedica toda una grabación, Matanga de 2007, a entretejer plenas, montunos y swing con el son. Y así varias agrupaciones han experimentado con la cumbia y la trova, el steel drum, el cajón, el marimbol y los timbales. 

Es, sin embargo, en Estado Unidos y en el diálogo mucho más aceitado con otras filiaciones, fuera de los espacios de contención del discurso nacionalista, que el encuentro con la raíz afro se dará de forma menos conflictiva y más natural. Construyendo en torno al discurso de resistencia asociado a los pueblos esclavos, muchos colectivos chicanos articulan hoy en día en un registro afirmativo y categórico la huella africana como una herencia directa del son, y dando un giro al bucle de la historia, lo conectan de forma directa a las otras culturas decantadas del mismo origen. Así, no resulta extraño que grupos que ejecutan el son de forma más pretendidamente tradicional, como los Cenzontle, Son del Centro o Son del Viento inviten a cajoneros, congueros o treseros a tocar con ellos. Y que grupos más colocados en el camino de la experimentación entre son, funk, reggae, y rock como Quetzal, Fandanguero o ZocaloZüe, asocien de forma natural los orígenes negros de cada uno de los géneros que hibridan. Asimismo, las narrativas sobre los orígenes del son en cuanto a su triple raíz, con una franca decantación por lo afro, son mucho más contundentes: 

En Veracruz, el son jarocho nace hace casi 500 años en la fusión de melodías y ritmos africanos, indígenas y españoles. Surge el género a fines del Siglo XVI en la misma época en la que en ese estado el africano Gaspar Yanga, supuestamente miembro de la familia real de Gabón, funda un pueblo independiente de esclavos huidos (...) En 1776, sigue siendo el son jarocho la música “preferida de mulatas y gente de raza quebrada”, declara un fraile al denunciarla a la Santa Inquisición por bailarse con “ademanes, maneos, sarandeos contrarios todos a la honestidad y mal ejemplo de los que lo ve”. Hoy día el son jarocho más conocido a nivel internacional es “La Bamba” , que en su título da testimonio de su africanidad (...) Los jóvenes Jarochicanos además participan con su música en actividades de justicia social, fieles a la trayectoria del son jarocho que ya desde sus inicios en épocas de rebeliones de esclavos nació con cierto espíritu revolucionario. Por ejemplo, activistas de Immokalee quienes han sostenido largas luchas a favor de los derechos de los jornaleros en los campos del jitomate frecuentemente van acompañados de músicos y jaraneros, y a éstas y otras manifestaciones han asistido los Jarochicanos4. 

Uno de los último ejemplos que tenemos de ello es el proyecto Patricio Hidalgo y su Afrojarocho: el regreso de la conga (the return of the conga). Nieto de Arcadio Hidalgo, Patricio, antiguo integrante de los grupos Chuchumbé y Quemayama ha encontrado en California el espacio para seguir explorando la mezcla de sonoridades afrocaribeñas contenidas en el son y la conga. Asociado a Jacob Hernández y Gabriel Tenorio, propietarios de Guadalupe Custom Strings -marca de cuerdas para instrumentos basada en Los Angeles- y con la colaboración de Alfred Ortiz emprendieron la grabación de un album en octubre de 20115. Este proyecto, largamente acariciado por Patricio y cuyas huellas podemos encontrar en sus composiciones contenidas en los discos que grabó con sus anteriores agrupaciones, se ha facilitado notablemente con los contactos creados en sus idas y vueltas entre Minatitlán y Los Angeles. 



La multiplicidad de experiencias circulares, entre los extremos del puente de la jornada migrante, ha construido un espacio de encuentros donde las memorias se enlazan en los discursos pertinentes a un sentido comunitario anheladamente buscado. Pese a las fracturas y las discusiones sobre los límites y alcances de la práctica musical, viejos y nuevos migrantes, asentados y estacionarios (como lo son los grupos que de Veracruz parten una o dos veces al año para tocar y enseñar en los Estados Unidos) reconstituyen sus pertenencias y las encuentran complejas y ricas, no exentas de conflicto, pero reflejando una imagen robusta y acorde con el sentido de sus destinos en progreso.



1Ricardo Pérez Montfort, “El 'negro' y la negritud en la formación del estereotipo del jarocho durante los siglos XIX y XX”, en Expresiones populares y estereotipos culturales en México. Siglos XIX y XX. Diez ensayos, p. 200

2Christian Rinaudo, Mestizaje y diferencias en la ciudad y puerto de Veracruz, boletín electrónico CIESAS – Golfo, Agosto – Octubre 2009, año 2, número 11. http://www.ciesas-golfo.edu.mx/boletin/1-11/contenido/editorial.html

3Loc. cit.

4Catalina Maria Johnson, ¡Jarochicago!, Vivelo hoy, página electrónica, http://www.vivelohoy.com/entretenimiento/8069486/%C2%A1jarochicago


5http://www.kickstarter.com/projects/1110146892/el-afrojarocho-the-return-of-the-conga
 

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